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El juramento

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Capítulo 51

“No juréis en ninguna manera” (Mateo 5.34).

“Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis” (Santiago 5.12).

La enseñanza de Cristo sobre el juramento se encuentra en el Sermón del Monte:

Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede (Mateo 5.33–37).

Hallamos la misma enseñanza en la epístola de Santiago. Él dice:

Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea si, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación (Santiago 5.12).

Al ver estos dos pasajes notamos por qué el cristiano no necesita jurar: El cristiano siempre dice la verdad. Su sí es sí; su no es no.

Aunque el juramento se usa tanto en la actualidad parece que no es muy útil, pues es como alguien comentó: “El juramento no obliga a ningún embustero o mentiroso, y un hombre honesto no lo necesita”.

Definiciones

El diccionario Pequeño Larousse Ilustrado dice que el juramento es una (1) “afirmación o negación de una cosa que se hace, tomando por testigo a Dios”, (2) “voto; reniego; terno”.

Hay varias clases de juramentos. Por ejemplo: el juramento judicial, que se usa en las cortes; el juramento profano o reniego, que se usa sin ninguna sinceridad. Todo esto lo prohíbe Dios en el Nuevo Testamento.

Notamos que hay una gran diferencia entre un juramento y una afirmación. Las leyes de algunos países permiten que los que no juran por causa de su conciencia pueden afirmar en vez de jurar. Los elementos del juramento que están ausentes en la afirmación son: La declaración “Yo juro...”, la mano alzada en alto y la súplica a Dios. Es decir, que cuando uno afirma solamente promete que dirá la verdad tal como la entiende, sabiendo que al no cumplir esta promesa estará sujeto a las mismas penas que lleva el juramento.

En conclusión, nuevamente decimos: La Biblia claramente prohíbe el juramento, y el cristiano verdadero ni siquiera lo necesita, pues él siempre dice la verdad.

Los capítulos de Doctrina de la Biblia

Introducción

La doctrina de Dios

1 Dios, su ser, y sus atributos 2 Dios, sus obras 3-4 La trinidad y Dios el Padre 5 Dios el hijo 6 Dios el Espíritu Santo 7 El hombre 8 Un diseño histórico del hombre 9 El hombre en su estado caído 10-11 El hombre redimido y La muerte

Las provisiones de Dios para el hombre

12-13 La gracia y La revelación 14 La Biblia 15 El hogar 16 La iglesia 17 El gobierno civil 18 El día del Señor 19 Los ángeles

El reino de las tinieblas

20 El diablo, Satanás 21 Satanás y su dominio 22 El pecado 23 La incredulidad

La doctrina de la salvación

24 La expiación 25 La redención 26 La fe 27 El arrepentimiento 28 La justificación 29 La conversión 30 La regeneración 31 La adopción 32 La santificación

La doctrina de la iglesia

33 La iglesia cristiana 34 Los pastores de la iglesia 35 La congregación 36 Unas ordenanzas cristianas 37 El bautismo 38 La santa cena 39 El lavatorio de los pies 40 El velo de la mujer cristiana 41-42 El ósculo santo y La unción con aceite 43 El matrimonio

La vida cristiana

44 El servicio cristiano 45 La oración 46 La obediencia 47 La adoración 48 La abnegación 49 La separación del mundo 50 La no resistencia 51 El juramento 52 El amor 53 La pureza 54 La humildad 55 La esperanza del cristiano

La doctrina del futuro

56 La segunda venida de Cristo 57 La resurrección 58 El juicio 59 El infierno 60 El cielo