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La iglesia primitiva y los padres apostólicos

Diccionario de la iglesia primitiva

Compendio de la doctrina y práctica de los padres apostólicos

Índice

A| B| C| Ch| D| E| F| G| H| I| J| L| Ll| M| N| Ñ| O| P| Q| R| S| T| U| V| X| Y| Z

Temas "D"

Danza, o baile
Demandas ante la ley
Demonios
Deportes
Día del Señor
Diezmos
Dios, El nombre de
Divinidad de Cristo
Divisiones en la iglesia
Divorcio
Dones del Espíritu Santo

Danza o baile (Volver arriba)

Afuera (de la Iglesia) se muestran con diversiones impías ocupándose en danzas, tocando flautas y borracherías. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Al agradar al mundo, danzando en sus casas, se rechaza la ley,. Comodio (240 d.C.)

Por medio de nosotros las mujeres se convierten de una vida inmoral… de los deseos desordenados del teatro y la danza. Orígenes (248 d.C.)

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ENTRETENIMIENTO

MÚSICA

Demandas ante la ley (Volver arriba)

Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; Mateo 5:40

¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 1 Corintios 6:1,4-7

Entre nosotros fácilmente podrán encontrar gentes sencillas, y artesanos, que si de palabra no son capaces de mostrar con razones la utilidad de su religión, muestran con las obras que han hecho una elección buena. Porque no se dedican a aprender discursos de memoria, sino que manifiestan buenas acciones: no hieren al que los hiere, no llevan a los tribunales al que les despoja, dan a todo el que pide y aman al prójimo como a sí mismos. Atenágoras (177 d.C.)

Hemos aprendido a no devolver golpe por golpe ni tampoco a presentar demandas en contra de los que nos saquean y roban. No sólo eso, sino que a los que nos den en una mejilla, hemos aprendido a volverle la otra también. Atenágoras (177 d.C.)

Será lícito seguir una profesión que emplea la espada, cuando el Señor proclama que ‘todos los que tomen la espada, a espada perecerán’? ¿Participará el hijo de la paz en la batalla, cuando ni siquiera conviene que lleve sus pleitos ante la ley? ¿Podrá usar la cadena, la cárcel, la tortura y el castigo, cuando ni siquiera se venga de la injusticia? Tertuliano (197 d.C.)

Demonios (Volver arriba)

Origen y naturaleza de los demonios

Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. Génesis 6:4

Los ángeles caídos fueran cautivados por el amor de las mujeres; y así engendraron hijos, los cuales son los demonios. Justino Mártir (160 d.C.)

Por eso digo que hay ciertas substancias espirituales que se llaman demonios. No es nuevo el nombre para los filósofos; que Sócrates á un demonio consultaba en sus negocios… Todo espíritu es más ligero que un ave: en esto convienen ángeles y demonios. En un momento están en todas partes: para ellos casi todo el mundo es un lugar. Por esto fácilmente saben qué se hace en cada puesto, y con la facilidad que lo saben lo dicen. Esta velocidad es tenida por divinidad; porque su naturaleza se ignora… Tertuliano (197 d.C.)

Las almas de los gigantes, que son los demonios, están vagando en el mundo y hacen cosas similares a (los ángeles caídos) Atenagoras (175 d.C)

II. Adoración del los demonios

Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. 1 Corintios 10:20

Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; Apocalipsis 9:20

(Escrito por un crítico pagano del cristianismo) En efecto, el aire y la tierra están llenos de demonios, ministros y servidores del Gran Dios, encargados de gobernar en su nombre la natura¬leza entera y la vida del hombre, capaces de ayu¬dar o de perjudicar… En efecto, mientras un simple sátrapa, gobernador, pretor o procurador del rey de Persia o del Emperador romano, y hasta aquellos que, en un plano inferior de jerar¬quía, ejercen los menores oficios y los más ínfi¬mos empleos, tienen la facultad de castigar riguro¬samente a los que no les prestan homenaje, ¿será plausible que los demonios, esos sátrapas y mi-nistros del aire y de la tierra, estén desarmados contra quien les ultraja? Celso (178 d.C.)

III. Actividades y posesión de demonios

Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. Mateo 4:24

Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Hechos 16:16

En cambio, los falsos profetas, llenos del espíritu embustero e impuro, no hicieron ni hacen caso, sino que se atreven a realizar ciertos prodigios para espantar a los hombres y glorificar a los espíritus del error y a los demonios. Justino Mártir (160 d.C.)

Consideramos de interés para todos los hombres que no se les impida aprender esta doctrina, sino que se les exhorte a ella, porque lo que no lograron las leyes humanas, ya lo hubiera realizado el Verbo divino si los malvados demonios no hubieran esparcido muchas e impías calumnias, tomando por aliada a la pasión que habita en cada uno, mala para todo, y multiforme por naturaleza: con esos crímenes nada tenemos que ver nosotros. Justino Mártir (160 d.C.)

(Los herejes ) no son capaces de dar la vista a los ciegos, ni el oído a los sordos, ni expulsar a todos los demonios -sino sólo a aquellos que ellos mismos les meten, si es verdad lo que dicen… Ireneo (180 d.C.)

Nuestras oraciones derrotan a todos los demonios que provocan la guerra. Esos demonios también hacen que las personas violen sus juramentos y alteren la paz. Así pues, de esta manera, nosotros somos mucho más útiles a los reyes que aquellos que van al campo de batalla para pelear por ellos. Orígenes (225 d.C.)

El oficio del demonio es hacer caer al hombre: bien se le conoció el intento á su malicia en la ruina del hombre primero. Ejecutan en los cuerpos enfermedades y calamitosos accidentes: en las almas pasiones repentinas, y excesos extraordinarios y violentos. Para invadir alma y cuerpo mucho les ayuda la sutileza y tenuidad. Mucho puede la valentía de los espíritus: son fuerzas casi irresistibles; tan disimuladamente ofenden, que parece más insensible el modo secreto de dañar que la espiritualidad de su naturaleza… Con el mismo secreto y con el mismo vicio apestan los entendimientos humanos, enfureciéndolos con locas lascivias, con desatinados furores, con crueles torpezas, con errores varios, de los cuales el principal y que más encarga á sus servidores, cercándoles y cegándoles la razón, es que se les sirva con viandas de olor y sangre ofrecidas á los ídolos: y el plato más regalado y más cuidadosamente apetecido es apartar con engañosos encantos de la noticia de los hombres el conocimiento de la divinidad verdadera. Tertuliano (197 d.C.)

Por la habitación del aire, por la vecindad de las» estrellas y por el comercio con las nubes saben las disposiciones celestes, y cuando ven la lluvia en la causa la prometen. En la curación de las enfermedades son llanamente beneficiosos. Primero dañan, y después dan el remedio, nuevo ó contrario, y entonces se entiende que curan cuando dejan de dañar. ¿Cómo diré las 'fuerzas, las trazas, las artes que tienen los demonios para ingeniar encantos engañosos? Tertuliano (197 d.C.)

A más de esto los magos, con la potestad del demonio invocada y asistente, hacen que aparezcan fantasmas, que las almas de los difuntos respondan, que los niños hablen y adivinen; si con los círculos engañan con tal apariencia los ojos, que soñando representan prodigios; si hacen que hablen las cabras y que adivinen las mesas; si esto hace el demonio por negociación de un mago, ¿qué hará por su interés obrando con toda su voluntad y su fuerza? Tertuliano (197 d.C.)

IV. La autoridad de los cristianos sobre los demonios

Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? Mateo 8:28-29

Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Lucas 10:17

En cambio «Jesús» es un nombre humano, que tiene el sentido de «salvador». Porque el Logos se hizo hombre según el designio de Dios Padre y nació para bien de los creyentes y para destrucción de los demonios... Justino Mártir (160 d.C.)

…Jesucristo, Hijo de Dios, al que obedecen todos los demonios, los espíritus malvados y todas las potencias rebeldes… Ireneo (180 d.C.)

El cantor de que yo hablo no se hace esperar: viene a destruir la amarga esclavitud de los demonios que nos tiranizan, cambiándola por el dulce y amable yugo de la piedad para con Dios… Clemente de Alejandría (195 d.C.)

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SATANÁS

Deportes (Volver arriba)

Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. 1 Timoteo 4:8

Todo celo en la búsqueda de gloria y honor está muerto en nosotros… Entre nosotros nunca se dice, ve o escucha nada que tenga algo en común con la locura del circo, la deshonestidad del teatro, las atrocidades de la arena o el ejercicio inútil del campo de lucha libre. ¿Por qué se ofenden con nosotros si diferimos de ustedes en cuanto a sus placeres? Tertuliano (197 d.C.)

Ustedes (cristianos) no asisten a los juegos deportivos. No tienen ningún interés en las diversiones. Rechazan los banquetes, y aborrecen los juegos sagrados… Así, pobres que son, ni resucitarán de entre los muertos ni disfrutarán de la vida ahora. De esta manera, si tienen ustedes sensatez o juicio alguno, dejen de fijarse en los cielos y en los destinos y secretos del mundo… Aquellas personas que no pueden entender los asuntos civiles no tienen esperanza de entender los divinos… Marcus Félix (200 d.C.)

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ENTRETENIMIENTO

Cristo y los deportes

Día del Señor (Volver arriba)

El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. Hechos 20:7

Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. 1 Corintios 16:2

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta. Apocalipsis 1:10

Cuando se reunieren en el domingo del Señor, partid el pan, y para que el sacrificio sea puro, den gracias después de haber confesado sus pecados. Didaché (80-140 d.C.)

Miren cómo dice: No me son aceptables sus sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. . Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo (El Domingo) con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos. Bernabé (150 d.C.)

Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor, en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él. Ignacio (50-100 d.C.)

El día que se llama del sol [el domingo], se celebra una reunión de todos los que viven en las ciudades o en los campos… …Celebramos esta reunión general el domingo, por ser el primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo; y también porque es el día en que Jesucristo, Nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos; pues hay que saber que le entregaron en el día anterior al de Saturno [sábado], y en el siguiente—que es el día domingo—, apareciéndose a sus Apóstoles y discípulos, nos enseñó esta misma doctrina que exponemos a vuestro examen. Justino Mártir (160 d.C.)

Consideramos como prohibido ayunar o hacer oración de rodillas en domingo, y el mismo privilegio disfrutamos desde el día de Pascua al de Pentecostés… Tertuliano (197 d.C.)

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SÁBADO

Diezmos (Volver arriba)

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:10

Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Hechos 4:34-35

Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. 1 Corintios 16:2

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:7

Reciban en nombre del Señor a los apóstoles que se visitaren… Al salir el apóstol, debéis proveerle de pan para que pueda ir a la ciudad donde se dirija: si pide dinero, es un falso profeta. Si alguien, hablando por el espíritu, se pidiere dinero u otra cosa, no le hagan caso; pero si aconseja se dé a los pobres, no le juzguen. Didaché (80-140 d.C.)

Ahora bien, ¿puede un Espíritu divino recibir dinero y profetizar? No es posible que un profeta de Dios haga esto… Hermas (150 d.C.)

Los que tienen las manchas son diáconos que ejercieron mal su oficio, y saquearon la sustancia de viudas y huérfanos, e hicieron ganancia para sí con las administraciones que habían recibido para ejecutar. Estos, pues, si permanecen en el mismo mal deseo, son muertos y no hay esperanza de vida para ellos… Hermas (150 d.C.)

Pero ellos (Los Falsos), y a mi juicio con toda razón, no quieren enseñar abiertamente a todos, sino sólo a quienes pueden pagar bien por tales misterios. Pues estas cosas no se parecen a aquéllas de las que dijo el Señor: «Den gratis lo que gratis han recibido» Mt 10,8)

(De los falsos profetas) Ella entonces se siente profetisa… y en agradecimiento no sólo le da una gran parte de sus riquezas, de donde él amontona una buena cantidad de dinero… Otras mujeres más fieles, llevadas por el temor de Dios, no se dejan seducir. Ireneo (180 d.C.)

Por eso el Señor… en vez de simplemente pagar el diezmo, ordenó repartir los bienes entre los pobres; y no únicamente estar dispuestos a dar y compartir (1 Tim 6,18), sino también a dar generosamente a aquellos que nos arrebatan nuestros bienes: «Si alguien te quita la túnica, dale también el manto; no le reclames al otro lo que te arrebata; y trata a los demás como quieres que ellos te traten» … Ireneo (180 d.C.)

Por esta razón ellos consagraban el diezmo de sus bienes. En cambio quienes han recibido la libertad, han consagrado todo lo que tienen al servicio del Señor. Le entregan con gozo y libremente lo que es menos, a cambio de la esperanza de lo que es más, como aquella viuda pobre que echó en el tesoro de Dios todo lo que tenía para vivir. Ireneo (180 d.C.)

La Ley no exigirá los diezmos de quien ha consagrado a Dios todos sus bienes y ha dejado padre, madre y toda su familia para seguir al Verbo de Dios... Ireneo (180 d.C.)

Los cristianos no descuidan posibilidad alguna de sembrar el Evangelio en todas partes de la tierra. Algunos se han afanado por recorrer no sólo las ciudades, sino también los pueblos y aldeas para convertir a los demás al culto de Dios. Nadie dirá que hicieran esto con afán de enriquecerse, ya que muchas veces ni siquiera aceptan lo necesario para su alimento; y si alguna vez se ven forzados a ello por su necesidad, se contentan con lo indispensable, por más que muchos quieran compartir con ellos y entregarles más de lo necesario… Orígenes (225 d.C.)

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OFRENDAS

Dios, El nombre de (Volver arriba)

Al Padre de todas las cosas no se le puede imponer nombre alguno, pues es (no engendrado). Porque todo ser al que se impone un nombre, presupone otro más antiguo que él que se lo imponga. Los nombres de Padre, Dios. Creador. Señor, Dueño, no son propiamente nombres, sino apelaciones tomadas de sus beneficios y de sus obras. Justino Mártir (160 d.C.)

Alejandro en todo el tiempo que duró el martirio no pronunció una palabra ni exhaló un gemido, sino que estuvo abstraído en Dios… Y como los gentiles le preguntasen por el nombre de Dios, contestó: "Dios no tiene un nombre como nosotros los mortales". Los mártires de Lyon (177 d.C.)

Divinidad de Cristo (Volver arriba)

I. La divinidad del Hijo

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1

Yo y el Padre uno somos. Juan 10:30

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? Juan 14:9

Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío! Juan 20:28

Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. Hebreos 1:8-9

Hermanos, tendríamos que pensar en Jesucristo como Dios y como Juez de los vivos y los muertos. Segunda Clemente (150d.C.)

Sólo hay un médico, de la carne y del espíritu, engendrado y no engendrado, Dios en el hombre, verdadera Vida en la muerte, hijo de María e Hijo de Dios, primero pasible y luego impasible: Jesucristo nuestro Señor. Ignacio (50-100)

Jesucristo, el cual según la carne fue del linaje de David, que es el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios… Ignacio (50-100)

Nosotros hemos aprendido que Cristo es el primogénito de Dios, el cual, como ya hemos indicado, es el Logos, del cual todo el género humano ha participado. Justino Mártir (160 d.C.)

El Padre quiso que éste se hiciera hombre por medio de una virgen, como antes se había hecho fuego para hablar con Moisés desde la zarza... Ahora bien, que Cristo es Señor y Dios, Hijo de Dios, que en otros tiempos se apareció por su poder como hombre y como ángel y en la gloria del fuego en la zarza y que se manifestó en el juicio contra Sodoma, lo he mostrado ya largamente... Justino Mártir (160 d.C.)

Ni el Señor, ni el Espíritu Santo (por los profetas), ni los Apóstoles jamás habrían llamado Dios de modo absoluto y definitivo al que no lo fuese verdaderamente; ni habrían llamado Señor a ninguna otra persona, sino al Dios Padre soberano de todas las cosas, y a su Hijo que recibió de su Padre el señorío sobre toda la creación, según aquellas palabras: «Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos como estradol de tus pies». En este pasaje se presenta al Padre conversando con el Hijo; él «le ha dado las naciones por herencia» y le ha sometido a todos sus enemigos. Y como el Padre es en verdad Señor, y el Hijo es en verdad Señor, con razón el Espíritu Santo los llamó con el título Señor. Ireneo (180 d.C.)

Pero volvamos al tema que estábamos tratando. Ha sido declarado con toda evidencia que los predicadores de la verdad y Apóstoles de la libertad, a ningún otro llamaron Dios o Señor, sino al único Dios verdadero, el Padre, y a su Verbo que tiene la soberanía sobre todas las cosas… Ireneo (180 d.C.)

Que ninguno de entre todos los hijos de Adán sea llamado Dios por sí mismo, o proclamado Señor, lo hemos demostrado por las Escrituras; y que él solo entre todos los hombres de su tiempo sea proclamado Dios y Señor, siempre Rey, Unigénito y Verbo encarnado, por todos los profetas y Apóstoles y aun por el mismo Espíritu, es cosa que pueden ver todos aquellos que acepten un poco de la verdad. Ireneo (180 d.C.)

Luego el mismo Cristo es, con el Padre, Dios de los vivientes, el que habló a Moisés, el que se manifestó a los padres… Ireneo (180 d.C.)

En cambio, su Verbo, por medio del cual hizo todas las cosas y que es su propia potencia y sabiduría, tomando la figura del Padre y Señor del universo, fue el que se presentó en el paraíso en forma de Dios y conversaba con Adán. La misma Escritura divina nos enseña que Adán decía haber oído su voz... Teófilo (180 d.C.)

II. Antes de toda la creación

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Miqueas 5:2

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58

« ¿Cómo es que la roca es antigua pero la puerta reciente?» «Escucha», me dijo, «y entiende, hombre insensato. El Hijo de Dios es más antiguo que toda su creación, de modo que fue el consejero del Padre en la obra de su creación. Por tanto, también El es antiguo.» «Pero la puerta, ¿por qué es reciente, señor?», le pregunté. «Porque», dijo él, «El fue manifestado en los últimos días de la consumación; por tanto, la puerta es hecha recientemente, para que los que son salvos puedan entrar por ella en el reino de Dios. Hermas (150 d.C.)

…Por cuya causa Él envió al Verbo, para que Él pudiera aparecer al mundo, el cual, siendo despreciado por el pueblo (judío), y predicado por los apóstoles, fue creído por los gentiles. Este Verbo, que era desde el principio, apareció ahora y, con todo, se probé que era antiguo, y es engendrado siempre de nuevo en los corazones de los santos. Este Verbo, digo, que es eterno, es el que hoy es contado como Hijo… Diogneto (125-200)

En cuanto a su Hijo, el único a quien con propiedad se llama Hijo, el Logos que está con él, siendo engendrado antes de las criaturas, cuando al principio creó y ordenó por medio de él todas las cosas, se le llama Cristo a causa de su unción y de que fueron ordenadas por medio de él todas las cosas. Este nombre encierra también un sentido incognoscible, de manera semejante a como la apelación de «Dios» no es un nombre, sino que representa una concepción, innata en la naturaleza humana, de lo que es una realidad inexplicable. En cambio «Jesús» es un nombre humano, que tiene el sentido de «salvador». Porque el Logos se hizo hombre según el designio de Dios Padre y nació para bien de los creyentes y para destrucción de los demonios... Justino Mártir (160 d.C.)

A nosotros nos ha revelado él cuanto por su gracia hemos entendido de las Escrituras, reconociendo que él es el primogénito de Dios anterior a todas las criaturas, y al mismo tiempo hijo de los patriarcas, pues se digna nacer hombre sin hermosura, sin honor y pasible, hecho carne de una virgen del linaje de los patriarcas. Justino Mártir (160 d.C.)

Así pues, si alguien nos pregunta: «¿Cómo el Padre emitió al Hijo?», le respondemos que esta producción, o generación, o pronunciación, o parto, o cualquier otro nombre con el que quiera llamarse este origen, es inexpresable… Ireneo (180 d.C.)

Este Hijo siempre existe con el Padre, y desde el principio revela al Padre, a los ángeles, Arcángeles, Potestades, Poderes, y a todos aquellos a quienes Dios quiere revelarse. Ireneo (180 d.C.)

Mas el Verbo de Dios no elevó a Abraham a su amistad porque le hiciese falta, pues es perfecto desde siempre -en efecto, dijo: «Antes de que Abraham fuese, yo existo» (Jn 8,58) Ireneo (180 d.C.)

Así pues, cuando al principio Dios plasmó a Adán, no lo hizo por necesidad, sino para tener a alguien que fuese objeto de sus beneficios. En cambio no sólo antes de Adán, sino antes de toda otra creación, el Verbo glorificaba a su Padre, permanecía en El, y el Padre lo glorificaba a El, como él mismo dijo: «Padre, glorifícame con la gloria que tuve delante ti antes de que el mundo existiese» (Jn 17,5) Ireneo (180 d.C.)

Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples maneras lo hemos demostrado. Y que también su Sabiduría, o sea el Espíritu estaba con El antes de la creación, lo afirma por Salomón: «Dios creó la tierra con sabiduría, y con inteligencia consolidó los cielos; por su ciencia se abrieron los abismos y las nubes destilaron rocío» (Prov 3,19-20). Y también: «El Señor me hizo al inicio de sus caminos, antes de sus obras. Desde la eternidad me fundó, desde el principio, antes que la tierra. Antes de que existiesen los abismos y manasen las fuentes de las aguas, antes de que se asentasen los montes, antes de todas las colinas me engendró» (Prov 8,22-23). Y también: «Cuando asentó los cielos, yo estaba con El, y cuando afirmó las fuentes del abismo; cuando fortalecía los cimientos de la tierra, yo estaba con El como arquitecto. Yo era en quien El se complacía, y cada día me alegraba en todo tiempo ante su rostro, cuando El se gozaba en la perfección del orbe y se regocijaba con los hijos de los hombres» (Prov 8,27-31). Ireneo (180 d.C.)

El Hijo de Dios, preexistente con el Padre, engendrado antes de la fundación del mundo, y aparecido, como hombre, al mundo entero en los últimos tiempos; Él es el Verbo de Dios que recapitula en sí todas las cosas, las del cielo y las de la tierra (Ef. 1,10). Ireneo (180 d.C.)

Que Cristo, Hijo de Dios, existente antes del mundo, estaba con el Padre y junto al Padre y al mismo tiempo cercano a los hombres y en íntima unión con ellos, rey del Universo, porque el Padre le ha sometido todas las cosas, y Salvador de aquellos que creen en Él, tal es el mensaje de semejantes textos de la escritura… Ireneo (180 d.C.)

Hemos de entender que la luz eterna no es otra que el mismo Dios Padre. Ahora bien, nunca se da la luz sin que se dé juntamente con ella el resplandor, ya que es inconcebible una luz que no tenga su propio resplandor. Si esto es así, no se puede decir que hubiera un tiempo en el que no existiera el Hijo…Con todo, no hubo tiempo en el que (el Hijo) no existiera. Orígenes (225 d.C.)

III. La relación del Hijo con el Padre

El Verbo hecho carne En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1

Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:21

Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Marcos 13:32

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. Juan 1:18

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Juan 5:19-20

Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Juan 14:28

Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Juan 20:17

En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. El Hijo, superior a los ángeles Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, m y otra vez: Yo seré a él Padre,

Y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. Hebreos 1:2-9

Pues Jesucristo, nuestra vida inseparable, es también la mente del Padre, así como los obispos establecidos hasta los extremos de la tierra están en la mente de Jesucristo. Ignacio (50-100)

Por tanto, tal como el Señor no hizo nada sin el Padre, [estando unido con Él], sea por sí mismo o por medio de los apóstoles, no hagan nada ustedes, tampoco, sin el obispo y los presbíteros… Apresuraos a congregaros, como en un solo templo, Dios; como ante un altar, Jesucristo, que vino de un Padre y está con un Padre y ha partido a un Padre. Ignacio (50-100 d.C.)

…Dios que se manifestó a través de Jesucristo su Hijo, que es su Verbo que procede del silencio, el cual en todas las cosas agradó a Aquel que le había enviado. Ignacio (50-100 d.C.)

…siendo Él mismo la puerta del Padre, por la cual entraron Abraham e Isaac y Jacob, y los profetas y los apóstoles y toda la Iglesia; y todas estas cosas se combinan en la unidad de Dios. Ignacio (50-100 d.C.)

«Escucha», me contestó; «el Hijo de Dios no está representado en la forma de un siervo, sino que está representado en gran poder y señorío.» «¿Cómo, señor?», dije yo; «no lo comprendo.» «Porque», dijo él, «Dios plantó la viña, esto es, creó al pueblo y lo entregó a su Hijo. Y el Hijo colocó a los ángeles a cargo de ellos, para que velaran sobre ellos; y el Hijo mismo limpió sus pecados, trabajando mucho y soportando muchas labores; porque cavar sin trabajar o esforzarse. Habiendo, pues, Él limpiado a su pueblo, les mostró los caminos de vida, dándoles la ley que Él recibió de su Padre. Hermas (150 d.C.)

Que nadie tenga por ridículo eso de que Dios tenga un Hijo. Porque no pensamos sobre Dios Padre o sobre su Hijo a la manera de vuestros poetas que hacen fábulas en las que presentan a dioses que en nada son mejores que los hombres, sino que el Hijo de Dios es el Verbo del Padre en idea y operación, pues con relación a él y por medio de él fueron hechas todas las cosas, siendo el Padre y el Hijo uno solo. Y estando el Hijo en el Padre y el Padre en el Hijo, en unidad y potencia de espíritu, el Hijo de Dios es inteligencia y Verbo del Padre. Y si se les ocurre preguntar con vuestra extraordinaria inteligencia qué quiere decir «hijo», se lo diré brevemente: El Hijo es el primer brote del Padre, pero no como hecho, ya que desde el principio Dios, que es inteligencia eterna, tenía en si al Verbo y era eternamente racional, sino como procediendo de Dios cuando todas las cosas materiales eran naturaleza informe y tierra inerte y estaban mezcladas las más pesadas con las más ligeras, para ser sobre ellas idea y principio activo… Atenágoras (177 d.C.)

El mismo Señor, siendo Hijo de Dios, declaró no saber ni el día ni la hora del juicio, sino sólo Dios, cuando dijo: «Acerca de aquel día y hora nadie los conoce, ni el Hijo, sino sólo el Padre» Por lo tanto, si el Hijo no tuvo empacho de atribuir sólo al Padre el conocimiento de aquel día, y habló con verdad, tampoco nosotros debemos avergonzarnos de reservar a Dios aquellas cuestiones que nos superan. Ireneo (180 d.C.)

Si, por ejemplo, alguien busca el motivo por el cual sólo el Padre conoce el día y la hora, aunque todo le comunica a su Hijo, el mismo Señor lo ha dicho, y nadie puede inventar otro sin riesgo (de equivocarse), porque sólo el Señor es el Maestro de la verdad; y él nos ha dicho que el Padre está sobre todas las cosas, pues dijo: «El Padre es mayor que yo» . El Señor, pues, ha presentado al Padre como superior a todos respecto a su conocimiento, a fin de que nosotros, mientras caminamos por este mundo , dejemos a Dios el saber hasta el fondo tales cuestiones; porque si pretendemos investigar la profundidad del Padre , corremos el peligro de preguntar incluso si hay otro Dios por encima de Dios… Ireneo (180 d.C.)

Dios, mediante su Verbo, que es su Hijo, se reveló y manifestó a todos aquellos a quienes él decidió: lo conocen aquellos a quienes el Hijo se lo quiera revelar. Este Hijo siempre existe con el Padre, y desde el principio revela al Padre, a los Ángeles, Arcángeles, Potestades, Poderes, y a todos aquellos a quienes Dios quiere revelarse. Ireneo (180 d.C.)

Pero nadie puede conocer al Padre si no se lo revela el Verbo de Dios, esto es el Hijo; ni al Hijo, sin el beneplácito del Padre. Porque el Hijo realiza el beneplácito del Padre: ya que el Padre envía, el Hijo es enviado y viene. Y al Padre, que para nosotros es invisible e indeterminable, lo conoce su mismo Verbo; y siendo aquél inenarrable, éste nos lo da a conocer. De modo semejante, sólo el Padre conoce a su Verbo: así nos reveló el Señor que son estas cosas. Y por eso el Hijo, al manifestarse a sí mismo, revela el conocimiento del Padre. Y el conocimiento del Padre es la misma manifestación del Hijo: pues todas las cosas se nos manifiestan mediante el Verbo. Ireneo (180 d.C.)

Y, finalmente, el Padre se manifestó en su Verbo hecho visible y palpable: todos vieron al Padre en el Hijo, aunque no todos creyeron en él. Pues lo invisible del Hijo es el Padre, y lo visible del Padre es el Hijo. Por eso, mientras él estuvo presente, todos lo reconocían como Cristo y lo llamaban Dios. Ireneo (180 d.C.)

Por eso El mismo es «juez de vivos y muertos» (Hech 10,42), el cual «tiene la llave de David; abrirá y nadie cerrará; cerrará y nadie abrirá» (Ap 3,7). Pues, en efecto, nadie en los cielos ni en la tierra ni bajo la tierra puede abrir el libro del Padre, ni siquiera verlo (Ap 5,3), excepto el Cordero que ha sido muerto (Ap 5,12), que nos ha redimido con su sangre (Ap 5,9) después de haber recibido el poder de Dios que hizo todas las cosas por medio de su Verbo y las ordenó por su Sabiduría. Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples maneras lo hemos demostrado. …Yo era en quien El se complacía, y cada día me alegraba en todo tiempo ante su rostro, cuando El se gozaba en la perfección del orbe y se regocijaba con los hijos de los hombres» (Prov 8,27-31). Ireneo (180 d.C.)

Que Cristo, Hijo de Dios, existente antes del mundo, estaba con el Padre y junto al Padre y al mismo tiempo cercano a los hombres y en íntima unión con ellos, rey del Universo, porque el Padre le ha sometido todas las cosas, y Salvador de aquellos que creen en Él, tal es el mensaje de semejantes textos de la escritura… Ireneo (180 d.C.)

Divisiones de la iglesia (Volver arriba)

Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 1 Corintios 3:3

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías. Gálatas 5:19-20

Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. Tito 3:10-11

No formarás divisiones, sino que guardarás la paz, tratando (le reconciliar a los que luchan. Bernabé (150 d.C.)

Les había sido concedida toda gloria y prosperidad, y así se cumplió lo que está escrito: Mi amado comió y bebió y prosperó y se llenó de gordura y empezó a dar coces. Por ahí entraron los celos y la envidia, la discordia y las divisiones, la persecución y el tumulto, la guerra y la cautividad. Y así los hombres empezaron a agitarse: los humildes contra los honorables, los mal reputados contra los de gran reputación, los necios contra los sabios, los jóvenes contra los ancianos. Por esta causa la justicia y la paz se han quedado a un lado, en tanto que cada uno ha olvidado el temor del Señor y quedado ciego en la fe en Él, no andando en las ordenanzas de sus mandamientos ni viviendo en conformidad con Cristo, sino cada uno andando en pos de las concupiscencias de su malvado corazón, pues han concebido unos celos injustos e impíos, por medio de los cuales también la muerte entró en el mundo. Clemente de Roma (30-100 d.C.)

¿Por qué hay, pues, contiendas e iras y disensiones y facciones y guerra entre ustedes? ¿No tenemos un solo Dios y un Cristo y un Espíritu de gracia que fue derramado sobre nosotros? ¿Y no hay una sola vocación en Cristo? ¿Por qué, pues, separamos y dividimos los miembros de Cristo, y causamos disensiones en nuestro propio cuerpo, y llegamos a este extremo de locura, en que olvidamos que somos miembros los unos de los otros? Recuerden las palabras de Jesús nuestro Señor; porque Él dijo: ¡Ay de este hombre; mejor sería para él que no hubiera nacido, que el que escandalice a uno de mis elegidos! Sería mejor que le ataran del cuello una piedra de molino y le echaran en el mar que no que trastornara a uno de mis elegidos. Vuestra división ha trastornado a muchos; ha sido causa de abatimiento para muchos, de duda para muchos y de aflicción para todos. Y vuestra sedición sigue todavía. Clemente de Roma (30-100 d.C.)

¿Quién hay, pues, noble entre ustedes? ¿Quién es compasivo? ¿Quién está lleno de amor? Que diga: si por causa de mí hay facciones y contiendas y divisiones, me retiro, me aparto adonde quieran, y hago lo que está ordenado por el pueblo: con tal que el rebaño de Cristo esté en paz con sus presbíteros debidamente designados. El que haga esto ganará para sí un gran renombre en Cristo, y será recibido en todas partes; porque la tierra es del Señor y suya es la plenitud de la misma. Esto es lo que han hecho y harán los que viven como ciudadanos de este reino de Dios, que no da motivo de arrepentirse de haberlo hecho. Clemente de Roma (30-100 d.C.)

Como hijos, pues, [de la luz] de la verdad, evitad las divisiones y las doctrinas falsas; y allí donde está el pastor, síganle como ovejas. Absteneos de las plantas nocivas, que no son cultivadas por Jesucristo, porque no son plantadas por el Padre. No que haya hallado divisiones entre ustedes, pero sí filtración. Porque todos los que son de Dios y de Jesucristo están con los obispos; y todos los que se arrepientan y entren en la unidad de la Iglesia, éstos también serán de Dios, para que puedan vivir según Jesucristo. No os dejen engañar, hermanos míos. Si alguno sigue a otro que hace un cisma, no heredará el reino de Dios. Si alguno anda en doctrina extraña, no tiene comunión con la pasión. Ignacio (50-100 d.C.)

Son en verdad infelices, pues al elegir ser falsos profetas, rechazan la gracia de la profecía en la Iglesia. Se parecen a aquellos que, para evitar mezclarse con los hipócritas que vienen a la Iglesia, se abstienen también de la comunión con los hermanos. Ireneo (180 d.C.)

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HEREJÍA

Divorcio (Volver arriba)

Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. Malaquías 2:16

Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. Mateo 19:9

Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. 1 Corintios 7:10-11

Y yo le dije: «Señor, si un hombre que tiene una esposa que confía en el Señor la descubre en adulterio, ¿comete pecado el marido que vive con ella?» «En tanto que esté en la ignorancia», me dijo, «no peca; pero si el marido sabe que ella peca, y la esposa no se arrepiente, sino que continúa en la fornicación, y el marido vive con ella, él se hace responsable del pecado de ella y es un cómplice en su adulterio.» Y le dije: «¿Qué es, pues, lo que ha de hacer el marido si la esposa sigue en este caso?» «Que se divorcie de ella», dijo él, «y que el marido viva solo; pero si después de divorciarse de su esposa se casa con otra, él también comete adulterio». «Así pues, Señor», le dije, «si después que la esposa es divorciada se arrepiente y desea regresar a su propio marido, ¿no ha de ser recibida?» «Sin duda ha de serlo», me dijo; «si el marido no la recibe, peca y acarrea gran pecado sobre sí; es más, el que ha pecado y se arrepiente debe ser recibido, pero no varias veces, porque sólo hay un arrepentimiento para los siervos de Dios. Por amor a su arrepentimiento, pues, el marido no debe casarse con otra. Esta es la manera de obrar que se manda al esposo y a la esposa. No sólo», dijo él, «es adulterio si un hombre contamina su carne, sino que todo el que hace cosas como los paganos comete adulterio. Por consiguiente, si hechos así los sigue haciendo un hombre y no se arrepiente, mantente aparte de él y no vivas con él. De otro modo, tú también eres partícipe de su pecado. Por esta causa, se os manda que permanezcáis solos, sea el marido o la esposa; porque en estos casos es posible el arrepentimiento. Yo», me dijo, «no doy oportunidad para que la cosa se quede así, sino con miras a que el pecador no peque más. Pero, con respecto al pecado anterior, hay Uno que puede dar curación: El es el que tiene autoridad sobre todas las cosas.» Hermas (150 d.C.)

Sobre la castidad, (Cristo] dijo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón. Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo y tíralo; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno (Mt 5, 2829). Y el que se casa con una divorciada de otro marido, comete adulterio (Mt 5, 32) (...). Así, para nuestro Maestro, no sólo son pecadores los que contraen doble matrimonio conforme a la ley humana, sino también los que miran a una mujer para desearla. No sólo rechaza al que comete adulterio de hecho, sino también al que lo querría, pues ante Dios son patentes tanto las obras como los deseos. Entre nosotros hay muchos y muchas que, hechos discípulos de Cristo desde la niñez, permanecen incorruptos hasta los sesenta y los setenta años, y yo me glorío que los puedo mostrar de entre toda raza humana. Justino Mártir (160 d.C.)

…o hay que permanecer tal como uno nació, o hay que casarse una sola vez. El segundo matrimonio es un adulterio decente. Dice la Escritura: «el que deja a su mujer y se casa con otra, comete adulterio» ( Mt 19, 9; Mc 10, 11), no permitiendo abandonar a aquella cuya virginidad uno deshizo, ni casarse de nuevo… Atenágoras (177 d.C.)

«¿Por qué Moisés mandó dar el acta de repudio y echar a la mujer? Esto fue permitido por vuestra dureza de corazón; mas no fue así desde el principio» (Mt 19,7-8). Excusó a Moisés, porque era un siervo fiel; pero también confesó que fue Dios quien había hecho al inicio al varón y a la mujer, y a ellos los reprendió por ser duros e insubordinados: por eso Moisés les dio el precepto del repudio, acomodado a su dureza… Ireneo (180 d.C.)

(Entre los paganos) Ya el divorcio se busca como fruto del matrimonio: el deseo del casado no es el hijo, sino la división: se halló ya que el camino para hacer divorcio sin culpa, es hacer culpa para divorciarse. Tertuliano (197 d.C.)

Hablando del divorcio, las mujeres (paganas) lo anhelan como si fuera la consecuencia natural del matrimonio… Tertuliano (197 d.C.)

Lo que Dios juntó, no lo separe ningún hombre…ni magistrado ni ningún otro poder. Porque Dios, quien los juntó, es mayor en poder que todo lo demás que uno pudiera nombrar o aun imaginar. Orígenes (225 d.C.)

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RECASAMIENTO

Dones del Espíritu Santo (Volver arriba)

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 1 Corintios 12:4-5

Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 1 Corintios12:8-9

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:8

Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes. 1 Corintios 14:22

Ahora bien, el glorioso Policarpo… quedó con unos pocos compañeros, no haciendo otra cosa noche y día que orar por todos los hombres y por las iglesias por todo el mundo; porque ésta era su costumbre constante. Y mientras estaba orando tuvo una visión tres días antes de su captura; y vio que su almohada estaba ardiendo. Y se volvió y dijo a los que estaban con él: «Es necesario que sea quemado vivo.» Martirio de Policarpo (155 d.C.)

Así pues, cuando el hombre que tiene el Espíritu divino acude a una asamblea de hombres justos, que tienen fe en el Espíritu divino, y se hace intercesión a Dios en favor de la congregación de estos hombres, entonces el ángel del espíritu profético que está con el hombre llena al hombre, y éste, siendo lleno del Espíritu Santo, habla a la multitud, según quiere el Señor. De esta manera, pues, el Espíritu de la deidad será manifestado. Hermas (150 d.C.)

De obrar milagros: (los herejes) no lo hacen por el poder de Dios, ni en verdad, ni actúan así para hacer el bien a los demás, sino para dañarlos induciéndolos a error, por medio de una magia ilusoria y un completo fraude, de modo que, en lugar de hacer el bien a quienes creen en sus seducciones, los perjudican. No son capaces de dar la vista a los ciegos, ni el oído a los sordos, ni expulsar a todos los demonios -sino sólo a aquellos que ellos mismos les meten, si es verdad lo que dicen-, ni curar a los enfermos, cojos y paralíticos o dañados en cualquier otro miembro del cuerpo como efecto de alguna enfermedad, ni dar de nuevo la salud a todos aquellos que enferman por accidente. Muy lejos están de resucitar a los muertos -como lo han hecho el Señor y los Apóstoles por medio de la oración y como en algunos casos ha sucedido en la comunidad cuando ha sido necesario, cuando toda la Iglesia lo ha suplicado con ayunos y plegarias, de modo que «ha regresado al muerto el espíritu» como respuesta a las oraciones de los santos-. Ni siquiera creen que esto sea posible; porque, según ellos, incluso la resurrección de los muertos no es sino el conocimiento de lo que ellos llaman la verdad… Ireneo (180 d.C.)

Damos lo que tenemos para la salvación de los hombres, y muchas veces los enfermos reciben de nosotros, para su curación, incluso lo que a nosotros nos hace falta… Ireneo (180 d.C.)

Por los profetas les demostraremos que ya estaban anunciadas, que él las hizo de modo que no quede duda alguna, y que él es el único Hijo de Dios. Por eso sus discípulos verdaderos en su nombre hacen tantas obras en favor de los seres humanos, según la gracia que de él han recibido. Unos real y verdaderamente expulsan a los demonios, de modo que los mismos librados de los malos espíritus aceptan la fe y entran en la Iglesia; otros conocen lo que ha de pasar, y reciben visiones y palabras proféticas; otros curan las enfermedades por la imposición de las manos y devuelven la salud; y, como arriba hemos dicho, algunos muertos han resucitado y vivido entre nosotros por varios años. ¿Qué más podemos decir? Son incontables las gracias que la Iglesia extendida por todo el mundo recibe de Dios… Ireneo (180 d.C.)

Pablo; pues en la Carta a los Corintios escribió con precisión acerca de los carismas proféticos, y reconoció que hay en la Iglesia hombres y mujeres que profetizan… Ireneo (180 d.C.)

Este es el Padre de nuestro Señor, por cuya providencia todo sucede, y que administra todas las cosas con su mandato. Da gratuitamente a quien conviene, distribuye los dones según los méritos, y castiga con justicia a los ingratos insensibles a su benignidad. Ireneo (180 d.C.)

Por eso dice el Apóstol: «Hablamos de la sabiduría de los perfectos» (1 Cor 2,6); llamando perfectos a quienes recibieron el Espíritu de Dios, y que hablan en todas las lenguas por el Espíritu de Dios, como él mismo hablaba.También nosotros hemos oído a muchos hermanos en la Iglesia, que tienen el don de la profecía , y que hablan en todas las lenguas por el Espíritu… Ireneo (180 d.C.)

Los herejes todavía no acogen los dones del Espíritu Santo y rechazan el carisma profético, por cuyo rocío el hombre produce frutos de vida divina. Ireneo (180 d.C.)

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ESPÍRITU SANTO

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