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Introducción

Menno Simons-su vida y escritos

CAPÍTULO V

ACTIVIDADES EN HOLSTEIN (1546 ‑1561)

Forzado a abandonar los territorios del Rin, Menno huyó con su esposa enferma y su pequeño hijito al territorio de Holstein, que quedaba al N. E. de Hamburgo, sobre la costa del Báltico. Ya algunos pequeños grupos de Menonitas huyendo de la persecución en Holanda habían buscado refugio en esta región, que estaba bajo la soberanía del rey de Dinamarca, y por ende, fuera del alcance de las leyes anti‑“Anabaptistas” del imperio. Se ignora dónde se estableció Menno a su llegada, aunque vivió un tiempo en la ciudad de Wismar; su residencia definitiva fue la pequeña aldea de Wuestenfelde, no lejos de Oldesloe, a mitad de camino entre las ciudades Hanseáticas de Hamburgo y Lübeck. La primera evidencia de la presencia de Menno en Holstein fue su participación en una polémica teológica en Lübeck en 1546, con Nicolás Blesdijk, yerno y prosélito del célebre David Joris y líder de la secta de los Davidienses.

David Joris, flamenco, nacido en Bruselas, fue uno de los caracteres más notorios e interesantes producidos por la Reforma. Pronto se hizo Luterano ardiente, pero en 1541 cayó bajo la influencia de las enseñanzas de Melchior Hofmann y se unió al grupo de los Melchioritas. Más tarde se unió a los Obbenitas y parece que fue ordenado ministro por Obbe Plillips antes que Menno Simons se uniera al grupo. Sin embargo cuando Joris se contaminó con las doctrinas Münsteritas y adoptó tendencias fanáticas, por el año 1536, los Obbenitas lo expulsaron. Desde ese momento Joris propició un movimiento de partidarios suyos que se conocieron con el nombre de Davidienses, aunque nunca llegaron a ser numerosos. Finalmente en 1544, abrumado por las persecuciones y tribulaciones, los abandonó y adoptando el nombre de Juan de Bruselas se refugió en Basel, donde murió en 1556.

La enseñanza de Joris era una extraña mezcla de fanatismos teologales y paradojas. Pretendía haber recibido un llamamiento divino para ser profeta y establecer el reino de Dios en la tierra, sobre el cual debería reinar él como el tercer David. Tan lejos llegó en su doctrina, hasta enseñar que la obra y revelación de Cristo no eran suficientes y que las Sagradas Escrituras serían reemplazadas por sus propias obras literarias inspiradas, que contenían la revelación final de Dios. Su concepto del pecado carnal era tal que enseñó que el hombre interior no era afectado por lo que la carne hiciera, y por lo tanto las obras más groseras que ésta cometiera, no serían consideradas como pecado. A consecuencia de esta enseñanza, aparecieron entre los Davidienses muchos pecados e inmoralidades, incluyendo adulterio y poligamia.

Menno había atacado a David Joris y sus enseñanzas desde el primer momento. Incitado por lograr ataques de Menno en los "Fundamentos", Joris le escribió una carta desafiándole a prepararse para una gran polémica. Menno replicó enérgicamente al desafío de Joris en una vigorosa carta escrita en 1542, donde puntualizaba que un mayor contacto entre los dos era imposible puesto que cada uno reposaba sobre plataformas radicalmente opuestas, ya que Menno seguía a Cristo y Su Palabra, mientras que Joris seguía sus necios y egoístas sueños y alucinaciones. Luego rogaba a Joris que dejase de escribirle, pues no leería ni una más de sus cartas hasta que hubiera aprendido a respetar y honrar la Palabra de Cristo.

Cuando Joris desapareció del mundo de los negocios bajo el pseudónimo de Juan de Bruselas, se puso fin a la cuestión personal, pero no al conflicto entre Menno y los Davidienses. En una casa de campo cerca de Lübeck, Menno celebró un largo debate con el ya mencionado Nicolás Blesdijk, en el cual se trató del bautismo y otras cuestiones. Menno fue apoyado en el debate por Dirk Philips,, Leonard Bouwens, Gillis de Aachen y Adam Pastor. Se imprimieron versiones del mismo, pero parece que se han perdido. Sin embargo Blesdijk describe el encuentro en varios de sus libros especialmente en uno publicado en 1546 bajo el título "Vindicación y Refutación Cristiana ... de la carta escrita por Menno Simons". Entre los diversos puntos de discrepancia entre Davidienses y Menonitas descuella uno. Menno y sus fieles sostienen que la doctrina de la Iglesia y su correcta organización y disciplina, era uno de los principios más importantes del Cristianismo, mientras que los Davidienses no querían saber nada de ello. Para ellos, la interpretación individual y Espiritual (como la llamaban) de las Escrituras, era el centro y base de la doctrina Cristiana.

La presencia de otros cuatro hermanos en el debate de Lübeck con Blesdijk, hace suponer una cooperación organizada entre los Menonitas de esa época. Es una evidencia para creer que los obispos ya entonces empezaban a celebrar reuniones o conferencias ocasionales y que tenían un plan de cooperación, mediante el cual se asignó a cada uno, un territorio determinado donde era responsable directo del trabajo pastoral, disciplina y baustimo de los nuevos convertidos. A Bouwens se le dio el Oeste (Holanda), Gillis de Aachen recibió el territorio del Rin, Dirk Philips la región de Dantzig y sus alrededores a lo largo del Báltico, mientras que Menno retenía el distrito central desde Friesland Oriental a Holstein y era reconocido como jefe entre los obispos. Se cree que Dirk Philips era obispo desde antes que Menno fuese ordenado en 1536. Gillis de Aachen fue ordenado obispo alrededor de 1542, mientras que Bouweris no lo fue hasta 1551. Desgraciadamente el líder primitivo de los “Anabaptistas”, Obbe Philips, se había desanimado en 1541 y había abandonado la causa a la cual sirvió con tanto empeño. Menno lo consideraba un apóstata.

Los obispos ya mencionados, junto con otros, se reunían oportunamente en varios lugares. En tales asambleas se informaba sobre las condiciones de los distintos campos, se discutían problemas, se resolvían serios casos de disciplina y ordenanzas para la Iglesia. La reunión de Lübeck de 1546 en ocasión del debate con Blesdijk, es la primera que se recuerda. Por lo menos dos asambleas más se llevaron a cabo el año siguiente, 1547, una en Emden y otra en Goch.

El asunto principal que se consideró en estas reuniones fue el error de doctrina que se había puesto de manifiesto en la enseñanza de Adam Pastor (Roelof Martens) uno de los dirigentes que había sido ordenado en 1542 por Menno Simons y Dirk Philips. Pastor disentía en lo tocante a la divinidad de Cristo, pues sostenía que Cristo no existía como Hijo de Dios antes de su venida al mundo, y que era divino después de Su encarnación únicamente en el sentido de que Dios moraba en El. Aceptaba la autoridad de la Biblia como Palabra de Dios, pero buscaba apoyo a su herejía en ciertas interpretaciones particulares. En la primera reunión de 1547 en Emden los obispos tenían esperanza de que Pastor volviera a su primitiva posición doctrinaria. A pesar de ello, el esperado cambio no se produjo y por lo tanto, en la segunda reunión del mismo año en Goch, Pastor fue excomulgado. El acusa a Menno de su excomunión, aunque existen evidencias de que fue Dirk Philips quien pronunció las palabras del anatema en nombre de todos.

Al principio Pastor obtuvo éxito asegurándose prosélitos y causando algunos disturbios en la Iglesia. Para contrarrestar la influencia de sus ideas, Menno escribió en 1550 un folleto sobre la deidad de Cristo, intitulado "Confesión del Trino Dios". En términos seguros afirma la enseñanza bíblica sobre este tema y previene a la Iglesia enérgicamente contra la nueva doctrina, que es una perversión de la doctrina fundamental del Evangelio. El folleto de unas veinte páginas circuló entre las iglesias en forma de manuscrito. Más tarde los hermanos de Groningen imprimieron una copia.

El último encuentro de Menno y Adam Pastor tuvo lugar en el debate de Lübeck en 1552. El propósito de la excomunión de 1547 fue doble; primeramente proteger la Iglesia y segundo, hacer que el hombre considerara el error de su camino, con la esperanza de restablecerlo. Esperando que Pastor se hubiera persuadido a volver, Menno accedió a la entrevista en 1552. De acuerdo al informe del mismo Pastor, el esfuerzo fue vano. Poco después se tienen noticias de los seguidores de Pastor. Después de un período de actividades en Renania y Westfalia, Pastor murió en Münster. Sus seguidores, que no fueron muchos, desaparecieron gradualmente.

Se ha dicho antes, que el territorio asignado a Menno como obispo, comprendía el pastorado de la región del N. de Alemania, Este de Groningen hasta Prusia, incluyendo Friesland Oriental, Oldenburg, Holstein, Meck1enburg y posiblemente Pomerania. Sus viajes a veces llegaron hasta fuera de estos territorios. En 1547 asistió a la reunión de ancianos en Goch; en abril de 1549 estuvo en Friesland Oriental cerca de Leewarden; y en el verano de 1549 visitó a los Hermanos en Prusia. Esta visita es narrada por Menno mismo en una carta a los hermanos de aquel lugar, fechada en octubre de 1549. La carta consiste principalmente en un llamado a mantener la paz y unión que había sido restablecida entre ellos después que una seria controversia tuvo fin con la visita de Menno, el verano anterior.

Apenas llegado Menno de dirimir las dificultades en Prusia, sintió necesidad de hacer un viaje a las congregaciones occidentales con una misión similar. La influencia de la enseñanza herética de Pastor acerca de la deidad de Cristo, todavía causaba disturbios, y habían surgido nuevas disidencias sobre la aplicación del anatema en las excomuniones. Sobre ambos tópicos Menno escribió sendos folletos en 1550. El dirigido contra Pastor ya ha sido mencionado; el segundo se titulaba "Una Exposición Clara de la Excomunión". Este último, de unas cuarenta y cinco páginas fue distribuido entre las iglesias en forma de manuscrito. No se imprimió hasta 1597. Versaba sobre el objeto, práctica y alcance del anatema e iba dirigido directamente contra aquellos que deseaban aplicarlo únicamente en cuestiones espirituales. En el transcurso de su viaje al occidente, se efectuó una conferencia en Emden en 1549, en la cual, entre otras cosas uno de los ministros, Francis Kuyper, fue excomulgado por Menno debido a que sostenía puntos de vista sin base bíblica sobre justificación por la fe y otros puntos.

Aparte de los dos breves folletos de 1550 (que no se imprimieron de inmediato) escasas cartas muy breves y cuatro petitorios cortos escritos en 1551 y 1552, Menno no publicó nada de importancia entre 1541 y 1554 excepto su "Réplica a Gellius Faber" en 1552, un libro de alrededor de doscientas a cincuenta y cinco paginas. Una de las razones fue tal vez, el hecho de hallarse muy ocupado con sus viajes y el cumplimiento de sus obligaciones como obispo, que no le dejaban tiempo libre para escribir. Otra razón habrá sido la dificultad de conseguir editores que quisieran imprimir sus libros. Los cuatro petitorios mencionados estaban dirigidos en forma general a las autoridades civiles y a los hombres entendidos y maestros de las iglesias Reformadas del Estado y Luteranas de Alemania. El objeto de estos petitorios era refutar los cargos de herejías y fanatismo que recaían constantemente sobre los Menonitas. En ellos Menno aseguraba en los términos más enérgicos que ni él ni sus feligreses tenían relaciones de ninguna naturaleza con Münster, y que su único propósito era ser fieles Cristianos y creyentes verdaderos de la Biblia. También solicitaba debates públicos en los cuales tendría oportunidad de refutar las falsas acusaciones de sus enemigos.

La "Réplica a Gellius Faber" anteriormente mencionada, era una extensa exposición de seis asuntos fundamentales: el llamamiento de obreros, bautismo, cena del Señor, anatema, iglesia y encarnación. Faber, Pastor Reformado de Emden, junto con a’Lasco había atacado las doctrinas de los Menonitas, aunque sin dirigir sus ataques especialmente contra Menno. Este es el libro más extenso de Menno, aunque de escasa importancia, pues en él sólo repite las doctrinas expuestas anteriormente. Lo más importante en él es el relato que hace de su conversión y llamamiento al ministerio, que fue reimpreso más tarde por separado.

Durante el invierno de 1553‑1554 Menno pasó una temporada en la ciudad Hanseática de Wismar en la costa del Mar Báltico entre Lübeck y Rostock. Allí alternó con la congregación Menonita, aunque se esforzaba por mantener incógnito el lugar de su residencia. A pesar de su intención de mantener el secreto, se vio envuelto en forma sumamente interesante en una discusión teológica con dos ministros Reformados. Sucedió más o menos así. Una embarcación con Refugiados procedentes de Londres, que habían abandonado Inglaterra a causa de las persecuciones llegó al puerto de Wismar el 21 de diciembre de 1553. Los Menonitas de la ciudad fueron los únicos dispuestos a socorrer a los refugiados necesitados, cuyo buque había quedado bloqueado en el hielo a poca distancia de la costa. Durante estas comunicaciones los dos grupos se vieron envueltos en una discusión doctrinaria de tal magnitud, que el caudillo de los refugiados, Herman Backereel, pidió una entrevista con Menno Simons. Esta tuvo lugar el 26 de diciembre de 1553. Sintiendo la necesidad de apoyo, el grupo de Reformados llamó en su ayuda a Martin Micron de Norden en Friesland Oriental, uno de su dirigentes. Menno y Micron sostuvieron dos extensas polémicas en presencia de muchos amigos e interesados; ambas se realizaron en la casa que Menno habitaba, el 6 y 15? de febrero de 1554 respectivamente. Los tres debates: el sostenido con Beckereel y los dos con Micron se celebraron en el más estricto secreto y bajo la promesa del grupo de Reformados de no revelar a las autoridades el refugio de Menno. El debate del 6 de febrero versó sobre el bautismo, encarnación, juramento, divorcio, llamamiento de ministros, ejercicio de la autoridad civil, terminando amistosamente. El segundo, a requerimiento de Micron, que conocía el punto débil de Menno, se redujo exclusivamente a la cuestión de la encarnación y terminó con disgustos para ambas partes. No se dio a conocer la versión de estos debates hasta 1556 en que Micron publicó un libro intitulado: “Un Relato Verídíco” que contiene una relación parcial y hasta cierto punto falsa, de lo acontecido incluyendo cargos personales contra Menno. Este le contestó enseguida con "Réplica Clara y Puntualizada" de cerca de doscientas páginas, una de las obras más extensas de Menno. Dos años después, en 1558, Micron volvió a la liza con el libro titulado: “Llamado a Rendir Cuentas” (A Reckoning).

Inmediatamente después del debate con Micron en 1554, Menno tomó parte en otra importante reunión en Wismar, pero de carácter muy distinto; una conferencia de obispos y dirigentes de la Iglesia Menonita. Varios casos de disciplina habían creado dificultades, por lo que se hacía necesaria una asamblea de pastores para asegurar y mantener la unidad y armonía en la Iglesia. El resultado de la conferencia fue una serie de nueve resoluciones que versaban sobre asuntos como: el matrimonio con personas ajenas a la Iglesia, aplicación del anatema, utilización de los tribunales de justicia, porte y uso de armas, y la necesidad de autorización de la Iglesia y del obispo para predicar. Desgraciadamente el texto en que se han preservado estas resoluciones está tan adulterado que es imposible conocer a ciencia cierta su contenido original. Siete obispos participaron en esta reunión presidida por Menno. Asistieron entre otros, Dirk Philips, Leonardo Bouweris y Gillis de Aachen. Respecto a la aplicación del anatema, las resoluciones fueron demasiado severas; tanto, que en una conferencia celebrada en Estrasburgo, en 1557, los hermanos de Suiza y Sud de Alemania decidieron redactar una resolución disintiendo con las de Wismar y enviar dos delegados a Menno Simons para solicitarle que moderara la actitud adoptada por los obispos del N. de Alemania.

La creciente presión ejercida por las autoridades civiles eclesiásticas de Wismar contra los Menonitas hizo que finalmente Menno resolviera abandonar la ciudad. Por esta razón cambió su residencia durante el verano o el invierno de 15 5 4 a una localidad occidental, cercana a la ciudad de Oldesloe entre Lübeck y Hamburgo. Cierto noble, llamado Bartolomé von Ahlefelt que vivía en las inmediaciones, permitía desde 1543 que los Menonitas que huían de la persecución se refugiaran en sus tierras, llamadas "Fresenburg". Un impresor Menonita de Lübeck que tenía una imprenta clandestina en la cual imprimía gran número de libros Menonitas así como Biblias y concordancias, que eran distribuidas a distancias tan apartadas como Amsterdam, también se vio forzado a buscar un lugar más seguro para sus actividades. Primeramente se fue a Oldesloe donde le fueron confiscados diez toneles llenos de libros, y finalmente a Freseriburg, donde posiblemente llegó a fines de 1554. Aunque no se ha probado, es posible que dicho impresor fuera el editor de Menno, o tal vez Menno mismo ya que efectivamente, Menno fue de Wismar a Lübeck y de allí a Oldesloe y finalmente a Fresenburg. Es más probable sin embargo, que el impresor fuera un generoso miembro de la Iglesia y amigo de Menno, pues es bien sabido que éste permaneció pobre hasta el fin de sus días. Por esta época Menno se estableció en Wuestenfelde, aldea del territorio de Fresenburg.

Como la persecución arreciaba en la región circundante, los Menonitas, en número cada vez mayor, encontraban un seguro refugio bajo la protección del Barón von Ahlefelt en Fresenburg y Wuestenfelde. El rey de Dinamarca trató de persuadir a von Ahlefelt que cambiara su política de tolerancia y arrojara a los Hermanos pero él se opuso, pues había sido favorablemente impresionado en sus días juveniles por la firmeza de los Menonitas, bajo persecución, sufrimiento y muerte. En Fresenburg y Wuestenfelde, Menno encontró tiempo y tranquilidad para revisar muchos de sus primeros escritos y vertirlos del original al dialecto que se hablaba en esa comarca, llamado "Oosterche" o dialecto oriental. Todas sus obras posteriores fueron escritas en este dialecto. Un total de diez libros y folletos se imprimieron en Lübeck y Fresenburg durante los años 1554‑1561.

Los últimos años de la vida de Menno se vieron amargados por serias y a veces graves controversias entre las iglesias del Oeste sobre asuntos de disciplina, particularmente acerca de la severidad en la aplicación del anatema y separación de los miembros excomulgados. Ya en 1550 en su librito sobre "Excomunión" Menno había expresado su deseo de evitarse disgustos posteriores por esta cuestión. Las divisiones más graves tuvieron lugar después de la muerte de Menno.

Las primeras noticias de esta aguda controversia llegaron a conocimiento de Menno en 1555 en forma de una carta de cinco hermanos "de buena reputación" que vivían en Franeker Oeste y Frieslandia Oeste en la cual relataban que algunos desearían que no se aplicara la excomunión sin tres amonestaciones previas, excepto en casos de pecado muy grave. Menno aprobó este procedimiento más moderado aún contra los que exigían una inmediata y ruda excomunión sin amonestaciones.

Otro asunto que originó grandes disgustos fue el de aislarse o evitar a las personas excomulgadas, particularmente tratándose de miembros de la misma familia. Como la polémica crecía, se enviaron a Menno carta tras carta desde Holanda, rogándole que dictaminara al respecto. Leonard Bouwens apoyaba a los extremistas en su demanda y cuando finalmente trató de expulsar a una mujer casada de Emden, porque rehusaba apartarse de su esposo, Menno se vio obligado a tomar una determinación. En una carta fechada el 12 de noviembre de 1556, protesta enérgicamente contra las creencias y prácticas extremas. Hizo un viaje desde Holstein a Friesland 0. en la esperanza de promover unidad y armonía, pero consiguió éxito sólo en parte, pues la división pareció persistir. Volvió a Wuestenfelde con el corazón dolorido y quebrantado por el lamentable estado de cosas en la Iglesia que amaba con toda su alma. Sus sentimientos están bien expresados en una carta dirigida a su cuñado Reyn Edes en 1558: "¡Reyn hermano mío! Si pudiera estar contigo aunque sólo fuese medio día para contarte algo de mi dolor, aflicción y amargura y de la pesada carga que tengo que soportar por el futuro de la Iglesia ... Si Dios Todopoderoso no me hubiera fortalecido durante el año pasado, como lo sigue haciendo, hubiera perdido el juicio. No hay nada sobre la tierra que ame más que a la Iglesia; y es precisamente por ella que debo padecer toda esta aflicción".

La posición definitiva de Menno respecto a la excomunión le crearía nuevas dificultades con otros grupos de Menonitas de la Renania y Sud de Alemania. En abril de 1556 antes que fuera a Frieslandía O. dos miembros de los territorios del Rhin, llamados Zylis y Lemke, junto con otros lo habían visitado en Wuestenfelde a fin de discutir la cuestión del anatema y separación. Ellos se inclinaban a una menor severidad. Dejaron a Menno sólo parcialmente convencido, pero consintió en considerar el asunto a fondo y exponerlo ante algunos hermanos del S. de Alemania en procura de consejo. Menno entregó a Zylis una exposición escrita de su posición para presentar a dichos hermanos.

Cuando en 1557 manifestaron la opinión final de Menno respecto a la separación, ante una importante asamblea en Estrasburgo, a la cual asistieron cerca de cincuenta obispos de muchos lugares, encontraron una enérgica reacción negativa. La asamblea resolvió rechazar la separación de los cónyuges por excomunión de uno de ellos y redactó una carta dirigida a Menno y sus colegas del N. de Alemania, conteniendo una vehemente súplica en pro de mayor indulgencia en cuanto a romper toda clase de relaciones con los excomulgados. En la carta expresaban su ardiente deseo de ser uno en paz y unión con sus hermanos del Norte. También manifestaban su desacuerdo con la teoría personal de Menno acerca de la encarnación.

La apelación de la conferencia de Estrasburgo sería vana. La unidad no se consiguió, pues los hermanos del N. eran implacables en lo tocante a la separación. En el año 1558, Menno y Dirk Philips publicaron sendos tratados sobre el asunto en discusión. En el de Menno intitulado: "La Excomunión" estaba claramente expuesta su severa actitud sobre separación, que incluía la ruptura de todos los lazos humanos, hasta los del matrimonio y la familia, debiendo producirse únicamente en caso de excomunión de la Iglesia. Este folleto provocó serias controversias. Zylis y Lemke encabezaron la oposición, por lo que Menno se vio precisado a publicar un folleto contra ellos en enero de 1560, titulado: "Réplica a Zylís y Lemke". En este folleto que fue su postrer escrito, Menno defiende su posición y finalmente anuncia que no podría seguir considerando hermanos a tales hombres.

La vida de Menno después de este episodio, no fue muy larga. Su salud nunca había sido muy buena, y la vida de asperezas y privaciones, así como la carga de las iglesias, minaron su escasa resistencia, particularmente después de haberse fracturado una pierna en Wismar, lo cual le obligaba a usar muletas a veces. La muerte lo alcanzó en su lecho de enfermo el 31 de enero de 1561, exactamente veinticinco años después de su renuncia al catolicismo en Witmarsum. Su esposa le había precedido en la muerte entre los años 1553 y 1558, así como dos hijos, un varón y una niña; sólo una hija le sobrevivió. Fue sepultado en su propio jardín en Wuestenfelde. Desgraciadamente no puede determinarse con exactitud el lugar, debido a la devastación de Wuestenfelde durante la Guerra de los Treinta Años, aunque se ha establecido lo más aproximadamente posible en 1906 fecha en que se erigió un modesto memorial en testimonio de la obra de Menno al servicio de Dios y de la Iglesia que tanto amó.

Capítulo 6