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EL TESORO BÍBLICO

Por Guillermo McGrath- ©1985 usado con permiso

Capítulo 13

La geografía bíblica

La topografía de las tierras de la Biblia, el clima,
las plantas, los animales, y los minerales

La mayoría de los acontecimientos de la Biblia ocurrieron en lo que llamamos el Cercano Oriente o en sus alrededores. Desde el este hacia el oeste un viajero podría atravesar el mundo de la Biblia desde Persia, a Mesopotamia, a Siria, a Fenicia, a Grecia, a Italia. Desde el norte hacia el sur, un viajero vendría de Asia Menor bajando a la isla de Chipre, las costas de Canaán, Egipto, Arabia, y Etiopía. Si en un mapa dibujáramos dos líneas representando estos viajes imaginarios, veríamos que forman una “X” cuyo cruce está cerca de la tierra de Canaán:

También en el cruce de esta “X” se juntan Europa, Africa, y Asia. Esto fue verdaderamente el cruce de la civilización de donde Dios escogió mandar su mensaje a todo rincón de la tierra.

Esta es la primera lección que aprender en la geografía bíblica. La pequeña tierra de Canaán que aparentemente era insignificante, fue el cruce donde se encontraron las grandes civilizaciones antiguas de Mesopotamia, Persia, Egipto, Grecia, e Italia. Fue de este cruce que se desarrolló nuestro alfabeto. En los tiempos neotestamentarios también se desarrolló un lenguaje común (el dialecto griego koine). Dios escogió este lenguaje para llevar el evangelio a todo el Imperio Romano y de allí a todo el mundo conocido en subsiguientes traducciones.

    A.  Las comunicaciones

Desde el punto de vista de la geopolítica celestial, es obvio por qué Dios escogió este cruce estratégico para ser el escenario en que presentó a su pueblo. De Persia y Mesopotamia líneas fáciles de comunicación se exten­dieron hacia Canaán y Egipto. Esta es la ruta que Abraham siguió. Viajar por barco era lo más fácil a través del Mar Mediterráneo, por el Río Nilo, a través del Mar Rojo, el Mar Negro, y los ríos Tigris y Eufrates. (Véase el próximo capítulo para una consideración de los montes y los ríos de la Biblia.)

Combinando los mejores elementos de la escritura jeroglífica de los egip­cios y la escritura cuneiforme de Mesopotamia, los fenicios y los hebreos desarrollaron un alfabeto que después fue refinado por los griegos y los romanos. Así la humanidad tenía un medio maravilloso por medio del cual propagar la palabra de Dios. Dios planeó todo esto, pensando en los siglos que llevaría para revelar progresivamente su voluntad. Él escogió a un hom­bre, de cuya familia y tribu descendió un pueblo escogido, para llevar la Biblia a todos los extremos de la tierra. Esto preparó la tierra para la siembra de la semilla del evangelio cuando vino Jesús en “el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4.4; Efesios 1.10).

    B.  El clima y la topografía

La tierra prometida del pueblo escogido era Canaán o Palestina. Muchos estudiantes de la Biblia no entienden completamente la intención del plan de Dios en escoger esta tierra. Destacan en su fertilidad como una “tierra que fluye leche y miel”. En realidad, el hogar propio de los israelitas era en el in­terior montañoso del país. Los fenicios en la costa mediterránea nunca fueron sojuzgados. Aun en el tiempo de la extensión territorial más grande de Israel, durante el imperio de Salomón, él no pensó hacer un puerto mediterráneo. Al contrario, usó el puerto de Ezióngeber en el golfo de Akabah. Dios no planeó tanto que Israel fuera un poder mundial dominante, sino que fuera un “pueblo del libro” que llevaría su mensaje en toda dirección. Tal transmisión del mensaje requería una gente industriosa con colonias y contactos extensos, dispersada de su propia patria por repetidas derrotas y cautividades. El plan de Dios es siempre que “los mansos heredarán la tierra”; no que de su pueblo salieran poderosos dictadores sobre todas las naciones por su poder militar. En realidad, del siglo de oro del imperio de Israel bajo Salomón comenzó la decadencia y la caída de Israel y Judá. Para que no confiaran en oro, plata, armamentos, ciudades amuralladas, y carros, Dios los lanzó a una guerra civil y los dispersó a la cautividad. La pluma y el libro eran sus medios escogidos para llevar su mensaje a todas las naciones, no la espada y el carro de guerra.

El clima de Palestina era bueno y la fertilidad de la tierra suficiente sólo cuando la gente obedeció las leyes de Dios de la santidad y la conservación. Por no mantener tierra barbecha y de observar sus sábados y jubileos man­dados, los israelitas pacieron y trabajaron demasiado la tierra, causando erosión y la extensión de los desiertos. Su avaricia atrajo las invasiones de ejércitos de los enemigos para pillar sus tesoros acumulados. El papel ideal planeado por Dios para Jerusalén nunca fue de ser la capital de un imperio tiránico, sino de ser una ciudad de paz, el centro del camino real de la san­tidad llevando a hombres de cada civilización a Dios (Isaías 49.6, 11–12). Su pueblo escogido nunca fue escogido como un fin en sí, sino para ser el medio al fin de transmitir su mensaje a toda nación (Génesis 12.3). Siempre que aban­donaron esta visión y emprendieron guerras de aventura y agrandamiento, como Josías que se entremetió en las luchas políticas de los egipcios y los asirios (2 Reyes 23.29), encontraron el desastre, la derrota y la dispersión. La conquista prometida de la tierra prometida tenía como propósito establecer una base para transmitir el mensaje de Dios por un pueblo santo —nunca fue destinada ser la base para conquistar al mundo carnalmente y establecer una dictadura mundial. El verdadero llamamiento de Israel no fue el comercio, sino el libro; no el imperio, sino la predicación de la palabra; no la espada, sino la pluma; no el militarismo, sino la misión; no el poder terrenal, ¡sino el poder espiritual! (Isaías 35.8; Gálatas 3.14).

El poder militar y la dominación comercial guiaban al pueblo de Israel vez tras vez a la idolatría y la codicia. Entonces Dios tenía que castigarlo con derrota y dispersión y purificarlo con sufrimiento. Por el veredicto de la historia, la grandeza del pueblo escogido fue arraigada en su santidad y su misión como el pueblo del libro. Es significante que Dios ha permitido que los enemigos árabes del Israel moderno posean los vastos tesoros minerales de petróleo, mientras Israel mismo es un importador de petróleo y depende de las garantías de sus aliados. ¡El pueblo escogido fue escogido por Dios para hallar su verdadero petróleo de paz y salvación en la Roca Cristo Jesús! (Romanos 2.16–17; 9.24–27; 10.12–13; 11.11–15).

    C.  Los recursos

El Israel antiguo fue mucho más fértil antes de sus repetidas devasta­ciones causadas por la idolatría. No obstante, la riqueza de la tierra aun entonces, como ahora, estaba en su situación estratégica como un cruce entre los mayores poderes mundiales. La prosperidad más grande se desarrolló a medida que la tierra llegó a ser un centro de comercio. Fue ese centro para los siguientes movimientos internacionales del comercio:

•  El comercio en especias de Arabia a Europa.

•  El comercio en caballos y carros, pasando de Asia Menor a Egipto, de Egipto a Asia Menor.

•  El comercio en oro y en piedras preciosas, de Ofir y Etiopía a Europa, por Israel.

•  La ruta de caravanas de Mesopotamia a Egipto, pasando por Israel con ganado, granos, aceite, etc.

•  El comercio de turistas en los tiempos antiguos, a causa de los peregrinos que llegaron a Jerusalén de todas partes.

•  El comercio en productos fabricados, tinturas, madera, etc. de la costa fenicia por Israel.

El carácter particular de los israelitas antiguos era de ser intermediarios o contratistas. Aun hoy en día la tierra de Israel es bastante pobre en cuanto a la mayoría de los recursos y un vistazo del ingreso mayor muestra que viene del comercio, del turismo, de ser intermediarios en la industria de diamantes, y de tales fuentes. Israel hoy moriría de hambre si tuviera que depender de pro­ducir naranjas o de extraer fertilizante del Mar Muerto. Tiene poco petróleo y pocos metales. El terreno es rocoso y las laderas están desgastadas. La misma poquedad de recursos naturales en la tierra de Israel fue otra vez un caso en que la necesidad del hombre llegó a ser la oportunidad de Dios. El recurso mayor de Israel fue designado ser la dependencia de Dios y el hacer su voluntad! (Deuteronomio 32.9–10). El Señor era y es la porción de Israel (Salmo 16.5; 73.26; 119.57; 142.5; Jeremías 10.16; Lamentaciones 3.24).

    D.  Las plantas de la Biblia

En el año 1979 terminé de escribir un libro sobre “Las hierbas y plantas curativas de la Biblia”. Después de considerable investigación, presenté este estudio de las varias hierbas, plantas, y árboles de la Biblia, dando atención especial a su uso como medicina y alimento. Hay casi 200 especies de plantas mencionadas en la Biblia (identificadas y catalogadas en mi libro lo más exac­tamente que podemos hoy en día). La Palestina tiene abundancia de flora aun hoy en día, pero es muy significante que el comercio internacional en hierbas, plantas, y especias fue un comercio mayor en el Israel antiguo. Otra vez, no era su propio producto indígena que fue vendido extensamente en el mercado internacional, sino ellos pasaron a otros las hierbas y especias exóticas de Arabia, de la India, de Africa, y probablemente aun dé Sri Lanka y de China.

La Palestina misma tenía unos bosques, pero no tantos como los del Líbano bajo dominio de los fenicios. El Israel antiguo también comerció con madera de estos bosques. La tierra era primariamente pasto y las caravanas interna­cionales hallaron refrigerio y pasto al viajar por Palestina. En la antigüedad había dos rutas mayores para las caravanas: la Vía Maris (la ruta costanera) y el Camino Real (la ruta que pasó a lo largo del valle del Jordán). Por supuesto, la tierra también producía granos, y unos valles eran realmente “canastas de pan” con granos como la cebada, la espelta, el mijo, el sésamo, y el trigo. Pero las lluvias esporádicas causaban hambres periódicamente y la gente tenía que bajar a Egipto a comprar granos que crecían en las tierras regadas por el Nilo.

Muchas nueces y frutos crecían allí, como aceitunas, albaricoques, alga­rrobos, almendros, avellanas, castañas, cidras, dátiles, higos, melones, nuez de nogal, tamarisco, uvas, etc. También se producían muchas hierbas y vegetales: ajenjo, ajo, áloes, semilla de amapola, amargón, azafrán, bálsamo, berro, canela, casia. cebolla, comino, endibia, eneldo, espicanardo, garbanzo, haba, hinojo, hisopo, lechuga, lenteja, loto, menta, mirra, mostaza, pepino, perejil, puerro, rábano, y tomillo.

La agricultura en el Israel antiguo era principalmente de la clase de subsisten­cia. La mayor importancia económica de las plantas era primariamente como de pasto para el ganado y como artículos de comercio internacional, como las especias de Arabia y del Oriente, transbordadas a Egipto y Europa. (El pró­ximo capítulo habla algo del simbolismo en las plantas y las hierbas de la Biblia.)

    E.  Los animales de la Biblia

En los tiempos antiguos muchos animales y aves abundaban en la tierra de Canaán que no pueden existir allí ahora. Muchas especies han llegado a ser extintas por la destrucción de los bosques, la erosión de la tierra, y la devastación de pacer demasiado, y de invasiones frecuentes. La Biblia men­ciona: asnos, caballos, cabras, camaleones, camellos, carneros, cerdos, cier­vos, comadrejas, conejos, corderos, dragones, dromedarios, erizos, ganado, lagartijas, leones, leopardos, liebres, lobos, monos, mulos, novillas, osos, ove­jas, perros, puercos, ratones, serpientes, terneros, toros, vacas, víboras, zo­rras, etc. En las leyes de salud del Antiguo Testamento tomaron cuidado de distinguir entre los animales limpios e los inmundos (Levítico 11; Deuteronomio 14.3–20). Un detalle interesante sobre esto es que en la medicina moderna se ha descu­bierto que muchos de los animales inmundos llevan parásitos y virus infec­ciosos que los hacen peligrosos como fuentes de alimento. (Véase el próximo capítulo para una consideración del simbolismo de ciertos animales en la Biblia.) Las aves de la Biblia incluyen: águilas, avestruces, búhos, cigüeñas, codornices, cuervos, gallinazos, gavilanes, golondrinas, gorriones, palomas, palominos, pavos reales, pelícanos, somorgujos, tórtolas, etc. Cualquier concordancia buena te dirá dónde en la Biblia son mencionadas estas aves.

Las gemas y los minerales de la Biblia:

Más de cuarenta gemas y minerales son mencionados en la Biblia. Como se dijo de otras cosas, no todos son originarios de la Palestina, pero se com­praban de tierras extranjeras para negociar con ellos. Aquí hay una lista de las gemas y los minerales de la Biblia: ágata, agua, alabastro, amatista, an­timonio, arcilla, asfalto, azufre, berilo, bermellón, brea, bronce, cal, carbón, carbunclo, coral, cornalina, crisólito, crisopraso, cristal, cuarzo, diamante, esmeralda, estaño, estibina, hierro, jacinto, jade, jaspe, lapislazuli, lejía, malaquita, mármol ónice, oro, pedernal perla, plata, plomo, sal, soldadura, topacio, turquesa, vidrio, y zafiro. (Véase el próximo capítulo para el simbolismo en las gemas.) Al maravillarte de las gemas preciosas de la Biblia, recuerda que la gema más brillante todavía es Jesucristo, ¡la perla de gran precio! (Mateo 13.46).

Mi perla

Hallé la perla preciosa,

De canto mi ser llenó.

En Cristo mi alma se goza;

¡Qué perla mi Dios me dio!

Es Cristo mi fortaleza,

Mí sustento y mi salud,

Mi herencia y mi riqueza,

Mi porción en plenitud.

—Versión española de María Juana de Mejía

Preguntas de estudio
para diálogo en la clase y la iglesia

   1.  ¿Por qué piensas que Dios escogió a Canaán para ser la tierra prometida?

   2.  ¿De dónde originó nuestro alfabeto?

   3.  ¿Por qué era la ubicación de Canaán o Palestina muy estratégica?

   4.  ¿Para qué propósito fue realmente escogido el pueblo de Israel?

   5.  ¿Por qué serían el poder militar y la gran riqueza un lazo para el pueblo escogido?

   6.  ¿Qué fue el recurso principal del Israel antiguo?

   7.  ¿Cuáles seis movimientos del comercio internacional pasaron por Canaán?

   8.  ¿Por qué era la agricultura principalmente un asunto de subsistencia en el Israel antiguo?

   9.  ¿Por qué han llegado a ser extintas muchas especies de animales de los días de la Biblia?

  10.  ¿Cuál gema de la Biblia es la más preciada?