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Pláticas oportunas con adolescentes

-Daniel Kauffman

Capítulo 10

UNAS POCAS PREVENCIONES

 

      “No toques ese fuego”, vocea la mamá. Pero el niño no escucha, pone sus dedos en el fuego y se quema. No te podemos hablar de todos los fuegos que existen en este mundo, pero te hablaremos de algunos. Si eres sabio, por lo menos considerarás el contenido de la palabrita “no”, cuando es usada en conexión a ellos.

1.      No regañes por nada. Las palabras amables son mucho más efectivas.

2.      No trates de “vengarte” cuando otros te maltraten. Muéstrales cómo debe actuar una persona sensata, y de buen sentido común.

3.      No temas trabajar. Es del muchacho y la muchacha trabajador/a que sale el hombre y la mujer útil. La idea de que es una desgracia trabajar es lo más común entre las personas perezosas.

4.      No desperdicies tu dinero neciamente. Hoy es el día en que debes mostrar cómo ser económico sin ser miserable, y cómo ser generoso sin ser un derrochador. Compra lo que necesites, y recuerda que sólo necesitas lo necesario.

5.      No hagas caso a los anuncios que ofrecen algo por nada. Tales anuncios son fraudes, y tú no querrás nada que ver con ellos. Ahorra tu tiempo.

6.      No trates de recibir algo por nada. Haz una norma el ganarte lo que recibes. Si tus padres o amigos ven propio el darte algo, recíbelo con agradecimiento si crees que debes. De otro modo, hazlo una regla el devolver el valor entregado por todo lo que recibas. Al hacerlo así, no sólo desarrollarás el talento de negociar, sino que siempre podrás aplicar la “Regla de Oro”.

7.      No lo consideres propio de un cristiano el usar palabras ociosas. Que tu hablar sea puro, y tus palabras bien escogidas. Habla cuando tengas algo que decir, y guarda silencio por el resto del tiempo. Los grandes habladores son, raras veces, grandes pensadores.

8.      No confundas la alegría con ser ligero. La primera es como rayo de sol que produce gozo y alegría dondequiera que es hallada. La segunda es el rebose de un corazón lleno de necedades que son tan repugnantes como inútiles.

9.      No pongas mala cara cuando las cosas no vayan como tú quieres que vayan. El poner mala cara siempre empeorará las cosas. La gente trata de evitar las malas caras. Así como los rayos del sol disipa las nubes, un rostro alegre y un corazón contento con frecuencia enderezan las cosas que uno con mala cara simplemente empeoraría. Si crees que debes poner mala cara, esconde tu rostro hasta que puedas “levantar tu rostro como un hombre”.

10.  No vivas con un continuo ceño fruncido en tu rostro. Una sonrisa es más eficaz. Un ceño fruncido es como un carámbano, mientras que una sonrisa es como un rayo de sol que calienta los corazones de tus compañeros, y los hace sentirse alegres de poder estar ante tu presencia. Si quieres que las personas se alejen de ti, muéstrate amargado.

11.  No “patees a una persona cuando haya caído”. En otras palabras, ayuda a las personas cuando estén en problemas. Todo el mundo está propenso a caer en desgracia. Tal vez tú seas el próximo en necesitar ayuda. Una de las cosas más nobles que podrás hacer será el probarte ser amigo de los que no tienen amigos.

12.  No menosprecies a los pobres. Algunos de los más grandes de los benefactores del mundo eran personas pobres. Es el muchacho pobre el que lucha a pesar de su pobreza, y el cual normalmente logra su meta en la vida. Siempre debemos juzgar a las personas por el tamaño de su alma, y nunca por el tamaño de su cartera. Bienaventurado el hombre que se considera amigo del pobre.

13.  No trabajes para ganar fama. Hay hombres han trabajado por toda la vida, con tal de llegar a ser alguien de importancia, pero terminan decepcionados. Las ambiciones han destruido muchas vidas. Lo mejor es dirigir tus esfuerzos hacia cultivar las facultades que Dios te ha dado, y gastar tu vida en ayudar a otras personas. Mientras más las ayudes, más te ayudarás a ti mismo.

14.  No dependas en la bondad de tus padres para vivir la vida. Puede que tu padre sea una buena persona, pero, ¿y qué de ti? Tú eres afortunado si tienes buenos padres cristianos a quienes todo el mundo honra. Pero de tales padres hemos conocido muchos hijos sinserviles. Si tus padres son buenas personas, querrás hacer buen uso de su ejemplo, y a su buena utilidad añadir parte de la tuya.

15.  No seas irrespetuoso hacia las personas mayores que tú. El respetar a las personas mayores es una señal de virilidad. No hay mejor cuadro que el de una familia bien regulada donde los niños gozan de perfecta obediencia a los padres, y hacen todo lo que pueden para añadir a su comodidad. Al hijo que, refiriéndose a su padre, dice: “el viejo ese”, “el jefe”, y otras expresiones estúpidas, le falta algo en algún lugar. La muchacha que se avergüenza de su madre es objeto de gran lástima. Los hijos que desprecian a padres respetables, son los más despreciables de toda criatura. “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.”               

No dejes de hacer buen uso de las experiencias de los demás. Estudia las vidas de otras personas. Móldeate según sus buenas cualidades, evita las malas. Por este medio, escaparás de muchas trampas en las que varios han caído, y aprenderás muchas cosas que otros han tenido que aprender en la escuela de la vida. Dichoso es aquél que aprende tanto por observación como por experiencia.