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La búsqueda de una descendencia para Dios

© 2004 por Denny Kenaston

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CAPÍTULO 28

Ser madre: la honra
más sublime

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. (…)
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
(Proverbios 31.10, 29)

Por medio del estudio de la Biblia uno puede darse cuenta que cuando Dios llama a alguien para que sea profeta entonces le da la unción divina para hacer la obra de un profeta. En la vida diaria, al poner en acción su llamado, estos hombres se dan cuenta que su corazón recibe la fuerza, la dirección y el poder para cumplir el llamado divino. Por ejemplo, yo pienso que Pablo se refería a tal unción divina cuando escribió las palabras tan conocidas que aparecen en 1 Corintios 15.16: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”.

Ahora bien, cuando Dios llama a cualquier mujer a que sea esposa y madre entonces él también le da la medida de gracia necesaria para desarrollar su llamado. Tal y como sucede con el profeta así también sucede con la madre. En la vida diaria, al poner en acción su llamado, ella se da cuenta que Dios la está ungiendo y fortaleciendo para cumplir su misión. Sé que muchos no creen que la gracia de Dios fluya en las madres de esa manera, pero yo lo creo. Yo estoy convencido que el poder de Dios es la fuerza que siempre está disponible para las madres en la crianza de sus hijos. Sin embargo, a pesar de que muchos lo ignoran, el poder de Dios sigue estando disponible para cualquier madre que lo desee. Ahora bien, tal y como el profeta pierde su unción si se aleja de su llamado (recuerda al profeta Jonás) así también la madre perderá su unción si se aleja de su familia en la búsqueda de las llamadas “cosas mejores”.

Los versículos citados después de los párrafos siguientes merecen la atención que abarcaría un libro entero. En mi caso, yo pienso que estamos en presencia de una de las porciones bíblicas más reveladoras. Lo que haré en este capítulo es enfocarme un poco en una de las joyas que yacen casi en la superficie del tesoro de las Sagradas Escrituras con la esperanza de que algunos de ustedes agarren su pico y su pala para escarbar más profundo y le saquen mucho más provecho al mismo.

Estos versículos representan una pronunciación profética de parte del Señor; un llamado bastante claro desde los mismos cielos a una sociedad que siempre anda a prisa y sin darle la menor importancia a las cosas de Dios. Parece ser que estos versículos fueron dichos por una mujer profeta a su hijo, un rey. Imagínate a una mujer, vestida humilde y modestamente y que está de pie en un lugar adecuado en el mercado central de cualquier gran ciudad de Latinoamérica. Cientos de mujeres están pasando cerca de ella. En eso, esta mujer levanta su voz, diciendo:

—Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

Al escuchar tales palabras, las mujeres que están en el mercado se reúnen alrededor de ella. Ahora, imagínate cuál sería la reacción de ellas al escuchar a esa mujer profeta leer y exponer las palabras escritas en Proverbios 31. De cierto, la mayoría de ellas pensarán que la mujer descrita en Proverbios capítulo 31 no ha sido “liberada” y que esos versículos pertenecen al pasado o que no son para nuestra cultura.

Yo mismo, mientras escribo acerca de lo que Dios ha dicho en cuanto a la mujer, me siento un poco anticuado a causa de lo que la mayoría piensa con respecto al tema de la maternidad. Esto me turba. ¿Cómo puede ser que la maternidad y todo lo que se refiera al tema de la mujer en el hogar sea algo anticuado y obsoleto para la sociedad actual? ¿Acaso nosotros debemos sentarnos tranquilamente sin decir nada mientras la honra que merece la maternidad se degrade ante nuestros propios ojos? ¿Es que acaso la maternidad es sólo un asunto de la cultura y puesto que la cultura ha cambiado entonces ya no vale nada? ¡De ninguna manera!

A decir verdad, nosotros no somos la primera generación que ha permitido que los valores familiares lleguen a ser tan insignificantes. A lo largo de la historia del género humano, ciertas civilizaciones han desaparecido debido a la poca valoración de los aspectos que Dios estima con gran aprecio y que la sociedad valora según sus propios caprichos y valores. ¿Cuál será nuestra reacción a las palabras de la mujer descrita en Proverbios capítulo 31? ¿Acaso nosotros seremos la próxima generación a punto de desaparecer de la tierra por el hecho de haber negado estas verdades bíblicas? ¡Ojala que no!

Me parece justo mirar con más detalle la posición gloriosa de una madre piadosa al considerar la búsqueda de una descendencia para Dios. Yo pienso que existen doce joyas preciosas que el profeta expone en estos versículos citados. Vamos, pues, a leer los mismos para minar la belleza de su valor y para aprender acerca de esa mujer virtuosa.

Proverbios 31.10–31

10. Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

11. El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.

12. Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.

13. Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.

14. Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.

15. Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.

16. Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.

17. Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.

18. Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.

19. Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.

20. Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.

21. No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

22. Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.

23. Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

24. Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.

25. Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.

26. Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.

27. Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.

28. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:

29. Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.

30. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

31. Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.

La mujer virtuosa

1. Ella es madre: Sé que todos lo sabemos, pero parece ser que hemos permitido que este punto se degenere como si no fuera algo importante. Repito, la mujer virtuosa que se describe en este capítulo es una madre. Quizá éste sea el punto más notable en el texto citado. Los otros atributos que vamos a considerar en esta parte del estudio son dados en el contexto de la maternidad y el matrimonio. Algunos hasta se atreven a utilizar estos versículos para justificar que la mujer trabaje como vendedora de bienes raíces, ejecutiva de una empresa grande o alguien que viaja por todo el mundo. Para mí queda bien claro que esta interpretación es una forma más de torcer el mensaje de Dios. Aquí la mujer virtuosa es descrita como una madre que se ha sometido a todo lo que la maternidad implica. Por supuesto, esto incluye el acto tan doloroso de dar a la luz y el difícil trabajo de criar a sus hijos. Es de entender que criar a sus hijos la obliga a quedarse en casa y a enfocar sus energías en su hogar en lugar de salir a buscar un trabajo profesional. La mujer virtuosa no se quedará en casa debido a que ella no tenga habilidades, inteligencia o dones, como muchos lo creen o lo plantean. Todo lo contrario; ella es muy capaz para manejar el hogar y para tomar decisiones que están diseñadas para que la mujer las tome. Sin embargo, en lugar de invertir sus habilidades en una profesión, ella ha escogido invertirlas en su esposo y en sus hijos par edificar su hogar. ¡Esto es una expresión de sacrificio! ¡Dios las bendiga, madres sacrificadas!

2. Ella se une a la visión de su marido: El corazón de la mujer virtuosa late juntamente con el de su marido en cuanto a las metas y los sueños de él. Ella ha discernido con precisión los deseos de su esposo para el beneficio de ella y de sus hijos. Ella ha meditado sobre esas metas y se ha determinado poner en obra lo mejor de ella para que todo salga bien. Su esposo confía en ella. Y si él tiene que alejarse de la casa durante unos días entonces se va sin preocupación alguna, pues él está seguro que todo continuará de la misma manera que cuando él se encuentra en el hogar. La vida de la mujer virtuosa está escondida en los sueños de su marido y ella recibirá su recompensa por esto.

3. Ella honra a su marido: El esposo de una mujer virtuosa es alguien grandemente estimado en su hogar. Ella habla de él con reverencia cuando él no está en casa. Y de hecho se puede decir que ella “les predica” a sus hijos acerca de su padre tan maravilloso. Esto quiere decir que ella hará todo en su nombre y que es él quien recibe la honra. Cuando ella toma la decisión de hacer algo, lo hace con confianza ya que sabe que no actuará como una adversaria de su esposo ni mucho menos en contra de lo que dice en la Biblia acerca de su papel. La mujer virtuosa entiende lo que significa el orden de Dios para ella en el hogar, en la iglesia y en la sociedad. Como madre, ella sabe que entre más honre a su marido entonces mucho más sus hijos imitarán el ejemplo del padre. Ella se emociona cuando su marido regresa a casa y la emoción que sus hijos también muestran al ver su papá le da mucha satisfacción. De cierto, no por gusto dice la Biblia que “el corazón de su marido está en ella confiado”.

4. Ella es “cuidadosa de su casa” (Tito 2.5): Está claro que la vida de la mujer virtuosa se centra en su hogar. Muchas madres han expresado un sentimiento de estar “esclavizadas al hogar” debido a las muchas responsabilidades que tienen. Pero tenemos que recordar que todo depende de nuestro punto de vista. Pregúntale al pájaro si se siente esclavizado en su nido o a la gallina si se siente aburrida echada sobre sus huevos durante esos 21 ó 28 días. Estos seres están viviendo de acuerdo a los instintos que Dios les dio. En Proverbios 31, el ambiente del hogar se conecta con la mujer virtuosa en cada detalle. Al leer estos versículos, nos queda claro que Dios llama a la mujer virtuosa para que ella sea “cuidadosa de su casa”.

5. Ella es una buena trabajadora: En este pasaje bíblico aparecen muchas referencias de lo que la mujer virtuosa hace con sus manos. Esta noble característica está desapareciendo entre la sociedad moderna: la mujer que anda bien vestida con vestidos costosos y que está bien peinada está a la moda. No obstante, la Biblia no nos da una descripción de una mujer que no sepa trabajar. Al contrario, la Biblia dice que con voluntad trabaja con sus manos. En la mayoría de los casos, los trabajos de una madre se hacen con las manos. ¡Por favor, Señor, conserva las manos trabajadoras de las mujeres virtuosas! Yo pienso que es bueno echarle un vistazo a la siguiente lista de actividades que la mujer virtuosa que es madre hace con sus manos. Ella lava los utensilios que se utilizan para comer, cocina, limpia la casa, cambia los pañales del bebé, cuida a los hijos, lava la ropa, cuida la hortaliza, almacena comida para el invierno y cose la ropa. Quizá algunas de las lectoras de este libro exclamen: “¡Pero todo eso es el trabajo de la criada!” Bueno, en verdad todo este trabajo es el trabajo de alguien que sirve a otros. Además, es bueno recordar las palabras de nuestro Señor: “El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo” (Mateo 23.11).

6. Ella es productiva y vela por el bien de su marido: La mujer virtuosa invertirá todas sus habilidades y energías ayudando a su marido a vivir de forma más sobria en los aspectos financieros. Además, cuando sus hijos lleguen a cierta madurez de edad entonces de igual manera ella los ayudará a enfocarse en la misma meta. Un ejemplo de una mujer virtuosa que es productiva y que vela por el bien de su marido es cuando ella misma extiende su hortaliza para que la familia tenga más para el futuro y también cuando ella hace la ropa de todos en la casa. Por supuesto, nada de lo que ella hace es con el objetivo de obtener más dinero para vivir por encima del nivel de vida de otros ni para hacerle competencia a su esposo. ¡Nada de eso! Todo lo que ella hace, lo hace pensando en su marido y en sus hijos.

7. Ella es una mujer espiritual: La mujer virtuosa es más que una buena cocinera; ella camina con Dios. Dios le da una unción a la mujer para que ella desarrolle la labor de sacrificio de la maternidad. Sí, es cierto, la madre que ha nacido de nuevo y que su corazón está centrado en conocer y amar más a Dios seguirá madurando en la vida espiritual. Además, ella también da a los pobres y ayuda a los necesitados. De su vida manan hechos y palabras de sabiduría para otros y hechos y palabras de reverencia hacia Dios. Es cierto que algunas madres se sienten satisfechas en los aspectos externos de la maternidad y se niegan a ejercer otros aspectos importantes que tienen que ver con su vida espiritual tal como orar, profetizar y servir a Dios. La madre virtuosa es aquella que viene ante la presencia de Dios con un espíritu contrito durante el transcurso del día y es así como ella se nutre de la vida del Señor. Esta parte es muy importante para su crecimiento espiritual y para el desarrollo de sus habilidades como una madre que busca una descendencia para Dios.

8. El testimonio de ella es una corona para su marido: La mujer virtuosa es muy estimada por las personas de su comunidad. Tal y como un hombre que llega a una edad adulta avanzada y que se gana el respeto de muchos, la vida que lleva una mujer virtuosa le provee a ella una posición de mucha honra entre muchos. De igual manera, el testimonio de la maternidad de una mujer en esta sociedad que poco a poco va haciendo desaparecer esta importante tarea le es una corona de honra a su marido y ella llega a ser alabada.

9. Ella tiene visión: Esta amada mujer se ha preparado para el futuro “y se ríe de lo por venir”. Ella conoce hacia dónde se dirige y ve con claridad su destino. Ella cumple con sus quehaceres hogareños, poniendo su visión mucho más allá de los pañales sucios. Cuando esta madre virtuosa toma a su bebé en su regazo, ella tiene la visión de una joven o de un joven que camina con Dios. ¡Este es el tipo de visión que la impulsa cuando la monotonía de los quehaceres del hogar la tientan a desanimarse! En tales ocasiones, ella recuerda y hasta se dice: “¡Yo estoy criando a mis hijos para el reino de Dios!” Estimada lectora, ¡pídele a Dios por una visión así para tus hijos! Se hace muy fácil dedicarse a las rutinas de la vida cotidiana y perder “el porqué” de la maternidad. Quizá es por eso que muchas madres se han sentido “esclavizadas” al trabajo del hogar y de criar a los hijos, y por eso han decidido salir del hogar en búsqueda de “algo más importante”.

10. Las palabras de ella son poderosas: Por otra parte, la gracia de Dios mana de su boca y sus tiernas palabras crean un ambiente de paz y de amor en el hogar. De igual modo, sus detalles delicados y femeninos crean un ambiente amoroso y hogareño para su esposo. A él le gusta mucho estar en casa, a los hijos les gusta mucho estar en casa y los visitantes encuentran su casa como un refugio ante las tempestades de la vida. La verdad es que las palabras tiernas que ella expresa moldean el alma de los hijos. Y cuando ella les profetiza al alma de sus hijos por medio de su carácter y de sus palabras, poco a poco va formándose la imagen de Cristo en la personalidad de ellos. La madre virtuosa siempre está hablando palabras de ánimo y palabras sabias en cada etapa de la vida de sus hijos y por medio de ellas los moldea a la imagen misma del Señor.

11. Ella organiza el hogar: ¡Sí, la mujer virtuosa es dirigente! Pero no de una empresa grande, sino de un hogar distinguido. Ella no sólo maneja los trabajos de la casa, sino que también dirige y guía a sus hijos en todo momento porque ellos son sus ayudantes o aprendices en el hogar. Ella es como la superintendente de todos los quehaceres, los proyectos y las actividades de sus hijos en el hogar. Y como todos sabemos, dirigir a un grupo de niños no es una tarea fácil. Pero la mujer virtuosa nunca pierde la paciencia a causa de todo el trabajo del hogar y la dirección y cuidado de sus hijos, sino que ella vive una vida organizada dentro de un hogar organizado y limpio.

12. Ella sobrepasa a todas: De todos los versículos de este pasaje bíblico, el 29 es lo que llamo “la coronación”. El profeta que habló esas palabras dijo mucho acerca de la mujer virtuosa. Quizá desde el punto de vista natural es fácil pensar algo así como la mujer virtuosa es una madre con una larga lista de quehaceres en el hogar. Pero Dios no mira esta lista de este modo. Esta lista no es sólo una lista de quehaceres… ¡es una descripción de la mujer más virtuosa del mundo! ¿Dónde están esas “muchas mujeres [que] hicieron el bien”? Aquí nosotros podemos pensar en mujeres de la tacha de Sara, Débora, Ester, Rut y hasta la propia María. Estas mujeres fueron tan virtuosas que la Biblia nos insta a imitar su buen ejemplo. No obstante, es sabio que sepas que la mujer virtuosa a la que se refiere Proverbios 31 es la mujer que se queda en casa, criando a sus hijos en el temor de Dios. Es por eso que ella “sobrepasa a todas”. ¡No lo olvides!

Al escuchar la voz del profeta, ¿cuál es nuestra reacción? ¿Acaso pensamos que tal enseñanza nos ha llegado de otro planeta? Yo estoy completamente seguro que en la mayoría de los casos las mujeres modernas rechazan este mensaje sin reflexionar. Lo cierto es que la maternidad se ha tomado como algo “secundario” por la sociedad actual. El mundo piensa que el “progreso” ha liberado a la mujer de tal “degradante” ocupación. Este pensamiento me entristece mucho.

¿Cuál es el resultado de despreciar el papel tan digno de la maternidad? Es muy fácil observar que los hogares actuales están fracasando y destruyéndose a una velocidad terrible. El índice de divorcio se ha incrementado hasta en los hogares “cristianos”. Los hijos andan confundidos, sin rumbo fijo. Debemos dejar de menospreciar el papel tan digno de la mujer, que es ser madre.

El mensaje de este capítulo es un llamado sincero a las mujeres casadas para que vuelvan a sus hogares. Dios les llama a dar un paso de fe. Sé que para algunas este paso no les será fácil. Me imagino que podrá ser igual al paso que los israelitas tuvieron que dar cuando estaban a orillas del Río Jordán. Dios les había llamado a que entraran a un río crecido y que la otra orilla estaba muy lejos de ellos. Estimada lectora, puede ser que los impactos eternos que cause la decisión de volver a casa no se verán durante los primeros años. Pero, yo deseo que sepas que esto aquí es una gran razón por la que dar un paso de fe.

Quizá para algunas mujeres este capítulo les ha sido como una confirmación de la convicción que ya tienen en sus corazones. Si es así, tú estás en el rumbo correcto. Por favor, amada madre, regresa a tu hogar y edifica a tu familia. ¡Esa es la decisión correcta! No les prestes atención a las voces que te llaman, diciéndote: “¡Has cometido un gran error al dejar tu carrera por criar a tus hijos en casa!”

Si permaneces fiel a la Palabra de Dios, él te bendecirá, “porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6.9).

Oración

Padre celestial, yo oro de manera que tú siembres estas palabras que me has permitido escribir en los corazones de cada mujer que las lea. ¡Por favor, Señor, unge a estas mujeres que desean hacer tu voluntad y que se preocupan por buscarte una descendencia santa! ¡Que tu Espíritu Santo las guíe, Señor! Padre amado, te pido que estas palabras sean vivas, poderosas y más afiladas que una espada de dos filos para que así atraviesen los conceptos de este mundo que se han apropiado de la voluntad de las mujeres que en verdad desean agradarte. Por favor, Señor, abre el corazón, descubre los motivos y haz volver a las mujeres a sus hogares. En el nombre de Jesucristo, amén.