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La búsqueda de una descendencia para Dios

© 2004 por Denny Kenaston

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CAPÍTULO 25

La mujer realizada

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
(Proverbios 31.10)

No tengo duda alguna que este versículo sea uno de los más persuasivos de la Biblia. No es un secreto que existe una guerra espiritual entre el bien y el mal por las almas de los hombres y por nuestras familias. En esta guerra espiritual existe una variedad de estratagemas empleadas por el enemigo de nuestras almas, Satanás, de las cuales él no desea que nos demos cuenta.

Es sabio que nos demos cuenta desde el inicio de esta parte del estudio que Dios ha diseñado que la mujer sea una “ayuda idónea” para el hombre y que ella se convierta parte del plan divino para destruir las obras del Maligno, el diablo. Es decir, la mujer que obedece a Dios se convierte en su aliada para deshacer las obras de Satanás. El propio Satanás conoce lo que Dios quiere llevar a cabo en cada mujer, pero a su vez él se ha convertido en alguien muy astuto para conocer las debilidades de las mujeres y para seducirlas y engañarlas. Tal parece que en estos últimos tiempos Satanás se ha acercado nuevamente a la mujer en la forma de un espíritu seductor, diciéndole: “Conque Dios ha dicho…” (Génesis 3.1). Entonces la mujer, tal y como su primer prototipo de la antigüedad, ha vuelto a ser persuadida por Satanás para que coma de la nueva “fruta”. Ella no se ha dado cuenta que, aunque parezca diferente, la fruta es la misma: rebelarse contra el plan de Dios para con ella. Esto engendra una maldición sobre la mujer que sólo puede ser destruida cuando ella se somete de forma voluntaria a la voluntad de Dios y obedece su mandamiento. Tanto en aquel momento como en nuestros días, a la mujer todo le parece “agradable a los ojos” (Génesis 3.6) y Satanás no ha dejado de asegurarle que ella tendrá una posición exaltada además de recibir una sabiduría que nunca antes ha sido alcanzada por el sexo femenino. Por supuesto, esto sigue siendo una gran atracción para las mujeres. Y como resultado, nosotros podemos llegar a la conclusión que a las mujeres se les ha presentado en forma de tentación salir de los hogares y comenzar en la búsqueda de un “papel mucho más distinguido” en los empleos que en realidad ellas creen que merecen tener. ¡Ya casi no se encuentran las mujeres que desean estar en casa para atender a sus familias y llevar a cabo la labor doméstica!

Yo deseo recordarte que nosotros estamos tratando el tema de una descendencia piadosa y ahora incluyo algo que no debemos pasar por alto, pues es parte de lo que constituye una visión perdida: la “caída” de las mujeres está perjudicando en gran manera a la generación presente y las que están por venir. No podemos esperar producir hijos piadosos si no existe la voluntad de reconocer que el papel principal de las mujeres se desarrolla en el hogar.

Amada hermana, en los siguientes capítulos yo me estaré dirigiendo mucho más a las mujeres acerca del poder que Dios desea manifestar en cada una de ustedes y que muchas han perdido de vista o que están rechazando. Mi meta es hacerles un llamado a las mujeres a que sepan estar agradecidas por el papel y el lugar que Dios les ha dado desde el mismo principio de la creación. Yo sé que posiblemente algunas de las lectoras de este capítulo y a lo mejor del libro completo pensarán que yo soy un machista o alguien que en nada me intereso por el bienestar de la mujer. Sin embargo, de antemano deseo que sepas que no soy un machista y que sí me intereso por el bienestar de la mujer. Mi deseo y oración es que la mujer aprenda a aceptar y a someterse a la voluntad de Dios con relación a su papel dentro del hogar, la sociedad y la iglesia. En otras palabras, con la ayuda de Dios y de su Palabra Santa, yo trataré de analizar con profundidad algunos de los principios bíblicos con relación al papel de la mujer.

La Palabra de Dios habla de una forma muy clara y en varias ocasiones acerca de una mujer con un testimonio tan poderoso que ahora yo me siento algo así como el profeta Amos se sentía, cuando dijo: “Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?” (Amós 3.8). El cristianismo mediocre actual está cambiando tan rápidamente en estos días que yo estoy seguro que para algunas personas les pareceré tan extraño como un supuesto ser de otro planeta. ¿Acaso no has escuchado decir a algunos: “De qué planeta vino él?” Bueno, sea de una forma u otra, yo reconozco que existen fuerzas invisibles en el mundo espiritual que se esfuerzan grandemente con el objetivo de enterrar para siempre la gloriosa revelación de la verdadera mujer que Dios deseó crear desde el principio. Por medio de la gracia y la misericordia de Dios, yo deseo ser su colaborador para desenterrar esta revelación divina, desempolvarla y levantarla para que todos puedan verla nuevamente en todo su esplendor y hermosura.

Al desempeñarme como ministro del evangelio, yo les confieso que me ocurren muchas cosas misteriosas que muchas veces no puedo comprender. Cuando me suceden algunas de estas cosas, yo las guardo en mi corazón y espero poder comprenderlas más adelante. Usted, estimada mujer y hermana, es uno de esos misterios a los que me refiero. Aunque no he tenido muchas oportunidades de conversar personalmente con muchas mujeres, sí testifico que las pocas oportunidades que he tenido me han dejado impresionado y con una gran carga en mi corazón. Muchas veces yo me he preguntado acerca de esto y pienso que se puede explicar de la siguiente forma: Al conversar con alguna mujer, yo siento en mi corazón un deseo santo de ministrarle de forma tal que ella se sienta inspirada a cumplir con su llamado de ser una fiel hija de Dios, una fiel esposa y ama de casa, y una fiel madre.

Yo pienso que este deseo de ministrarles a las mujeres de esta manera me sobreviene a mí al conocer que ellas son muy especiales para el corazón de Dios y que él está llamándolas para que sean una fuerza potente y activa en la batalla espiritual que estamos librando. Mi objetivo es tratar de incentivarles el entendimiento, de inspirarlas y de motivarlas de tal manera que nunca más piensen que son “solamente mujeres”. ¡Ustedes son muy importantes para Dios! Él tiene una obra muy particular para cada una de ustedes y las ha capacitado para llevar a cabo esa obra.

Sí, yo también les informo que al conocer la voluntad de Dios para la mujer entonces sé que las mujeres no fueron creadas para recibir honor y gloria o estar en la cima de la atracción del poder y la fama. Dios no comparte su gloria con nadie y nosotros, hombres y mujeres, sólo somos sus colaboradores. No obstante, la eternidad revelará el poder del papel y la posición gloriosa que se le ha asignado a la mujer de parte de Dios.

Una paradoja

Al considerar la influencia y el papel de la mujer piadosa, nosotros tenemos que reconocer que desde el inicio estamos tratando con una de las “paradojas” bíblicas. Se puede interpretar que existen varias paradojas en la Biblia, como la siguiente: “El camino para ascender es bajar”. Otra pudiera ser que “el que da, recibe”. De igual manera aparece una que deja perplejos a muchos y es que “el que pierde la vida, la ganará”. Al tomar el mensaje de una paradoja de forma literal entonces uno se da cuenta que muchas veces no se le encuentra sentido alguno. No obstante, nosotros tenemos que recordar que los caminos de Dios no son los caminos del hombre.

El papel principal de la mujer piadosa es el de servir de apoyo y de ánimo al hombre. Y su misión es llevar a cabo tal obra en sujeción al hombre, haciendo las cosas en la mayor discreción posible, aunque sepa que nunca recibirá el reconocimiento de otras personas. No obstante (y aquí es donde se encuentra la clave para comprender la paradoja que puede existir en la Biblia con relación al papel de la mujer), al ella someterse a la voluntad de Dios con relación a su misión, entonces el poder y la influencia de esa mujer que actúa y habla “como corresponde a mujeres que profesan piedad” la darán a conocer mucho más y en muchas ocasiones que al hombre. Yo casi puedo decir que la mujer descrita en Proverbios 31.10–31 recibió más alabanza que su esposo, aunque él fue “conocido en las puertas”. Es más, existe la posibilidad que “su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra” a causa del testimonio piadoso de su esposa. Un ejemplo de esto es Susanna Wesley. Ella ha llegado a ser más conocida que su esposo Samuel, quien fue ministro en la obra de Dios.

Considera la senda a “la grandeza” de la cual Jesús nos enseña en el Nuevo Testamento. Él nos enseña que la grandeza verdadera se alcanza al vivir una vida de servicio, y para ello nos dejó el ejemplo de lavarles los pies a sus discípulos y su entrega total al reino de Dios. Bueno, si el servicio a otros es la grandeza neo-testamentaria, ¿por qué, entonces, las mujeres no pueden alcanzarla? Yo estoy convencido que de acuerdo al plan de Dios para las mujeres, ellas sí pueden alcanzar la nobleza y la dignidad a la cual fueron destinadas. Y muchas veces esta nobleza y esta dignidad llegan a ser mucho más conocidas que lo que haga un hombre durante toda su vida.

¿Alguna vez has considerado la vida invisible y prácticamente secreta de los ángeles? Los ángeles son invisibles y sus hechos no se ven en su gran mayoría. Tal es el caso, que generalmente los hombres no se dan cuenta de las obras que hacen estos seres ministradores a favor de ellos. Es por eso que siempre es Dios el único que recibe toda la gloria y la honra a causa de los tantos prodigios y milagros. Por ejemplo, si se diera el caso que está por ocurrir un accidente automovilístico y los ángeles estuvieran en escena sin ser vistos y tomaran el control del volante para impedir el accidente, entonces cuando las personas están fuera de peligro por lo general deciden inclinar sus cabezas para darles las gracias a Dios. En este caso, los ángeles no reciben ni gloria ni honra. Y para eso fue que ellos han sido creados, para ministrar a favor de la descendencia de Adán y que Dios reciba toda la gloria y la honra. Los ángeles son siervos de Dios y es a él a quien debemos darle la gloria y la honra por todo. ¡Señor, que los frutos de la alabanza y la adoración que nazca en nuestros corazones y que se expresen por nuestros labios sean siempre para ti! Nosotros debemos pedirle a Dios que él purifique nuestros deseos de darle gloria y honra a otro que no sea a él y que nos dé ojos para ver lo eterno. Nuestro deseo debe ser obrar como obran los ángeles, sirviendo de tal forma que hagamos atraer la gloria y la honra a Dios.

Consideremos, por ejemplo, la vida de Josué. Durante 42 años de su vida, él fue siervo de Moisés y le sirvió fielmente. Josué no tuvo mucho reconocimiento público hasta después de la muerte de Moisés. ¿Acaso tú piensas que Moisés hubiera podido servir a Dios de una forma tan fiel si Josué no hubiera estado a su lado para servirle y apoyarle?

Analicemos también con relación a esta línea de pensamiento lo que nos enseña las tácticas de guerra de un buen ejército. Cada militar sabe que no habrá victoria en el frente si no existe un pelotón de apoyo en la retaguardia que trabaje esforzadamente “entre bastidores”. Este ejemplo describe muy bien el papel de las mujeres piadosas. La verdad es que los soldados ni siquiera desean iniciar la batalla si ellos no están convencidos que tienen el apoyo incondicional de esta unidad “secreta” de apoyo.

La mujer moderna rehúsa llenar el papel de “unidad de apoyo”. Pero aquí se representa el verdadero carácter de la voluntad de Dios para las mujeres. ¿Acaso la unidad de apoyo de un ejército debe decirse para sí misma: Si no puedo estar en la línea de combate, no iré a la batalla? Mi padre sirvió como médico durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuál sería el resultado de una guerra si no hubiera médicos que atendieran a los heridos? ¿Acaso el hombre que está en el combate en la línea del frente vale más que el médico? Sabemos que esto no es verdad. No obstante, en cuanto a los papeles dados por Dios al esposo y a la esposa, nosotros podemos darnos cuenta que existe una gran confusión en el mundo, tanto secular como religioso. Nuestro gran Dios, Creador y Ordenador del mundo, le ha dado al “servicio” un manto de grandeza y le ha prometido la gloria a los que caminan en la senda de la humildad. Dios está llamando a las mujeres a que “pierdan su vida” (Mateo 10.39) y que desempeñen un papel “secundario” que se manifiesta al ellas convertirse en una unidad de apoyo para sus esposos.

El propósito de Dios establecido
para las mujeres

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida (Proverbios 31.10–12).

¿Quién la hallará?” Aunque estas palabras se expresan como una interrogante, la realidad es que las mismas son un grito de alarma para que nos demos cuenta de la escasez que hay del tipo de mujer que se describe aquí. En el mundo que hoy vivimos, este llamado está aumentando su intensidad y volumen. Si este tipo de mujeres estaban tan escasas en el tiempo del Rey Salomón, ¿cómo será en la actualidad? ¿Dónde se puede encontrar hoy en día este tipo de mujeres? Yo me regocijo mucho cada vez que escucho de una mujer que “vuelve a casa” y que testifica acerca de haber encontrado una paz dulce y una gran satisfacción en el papel de apoyo y de ayuda idónea para su esposo. Yo en realidad siento una dicha muy grande que más mujeres estén dejando sus carreras empresariales para volver a casa y ser esa mujer que se esconde detrás de la sombra de su marido y que sus obras se manifiestan “detrás de la línea de combate”. El tipo de mujer piadosa que ora por su marido y sus hijos, que bendice a su familia por medio de sus hechos y palabras, que honra y apoya a su marido en todo momento y que ama a Dios con todo su corazón. ¿Dónde se encuentra este tipo de mujer?

Yo sé que algunas de ustedes anhelan ser exactamente de esa manera y es por eso que deseo recordarles que ustedes son de mucho valor para Dios. Les confieso que muchas veces ha sucedido, luego de hablar sobre el tema de la mujer piadosa, que algunos esposos se me han acercado para decirme:

—Hermano Denny, yo tengo una esposa exactamente tal y como usted la describió. Sé que no la merezco, pero mi esposa es una mujer piadosa.

Amado lector, si tú tienes una esposa virtuosa entonces Dios y yo deseamos que sepas que tienes un tesoro cuyo valor no se puede valorar. De hecho, la Biblia dice que su valor es más grande que un gran montón de piedras preciosas.

Al leer los versículos de la cita anterior, nosotros podemos visualizar la descripción de una mujer virtuosa cuya vida se enfoca en ser una ayuda idónea para su esposo. El corazón de ese esposo está confiado en ella y él no tiene de qué preocuparse con respecto a la integridad de su amada esposa. Además, él no tiene duda alguna con respecto a su fidelidad, pues su compromiso hacia él es firme y permanente. Ella estará siempre a su lado, desempeñando el papel de alguien que comprende y que sabe amar “todos los días de su vida”. De igual manera, él sabe que ella será una madre dedicada para sus hijos, “todos los días de su vida”. ¿Acaso tú puedes saber hasta qué tiempo ella le hará bien a él? ¡Hasta que la muerte los separe!

Por otra parte, el esposo de tal clase de mujer puede estar confiado con respecto a su dinero. Tanto en la escasez como en los momentos de independencia financiera, la esposa virtuosa será fiel de forma constante, y siempre guiará a su hogar según el deseo de su esposo. Y todo esto lo hará aunque él no se encuentre en casa. Para cualquier hombre, una esposa virtuosa es una joya cuyo valor es inestimable, y es una corona en su cabeza.

Amada hermana, la vida de una mujer virtuosa constituye una piedra principal que debe ser parte del fundamento de cada hogar cristiano. Llevar una vida detrás de la sombra del hombre que Dios le ha puesto por guía y apoyar a ese hombre es parte del plan de Dios para las mujeres. Y yo deseo que cada hermana sepa que no debe sentir vergüenza alguna por no sólo vivir de esa manera, sino por testificar con su boca y por medio de todas sus acciones que ella desea vivir de esa forma. Lo cierto es que muy difícilmente una mujer llegará a tener hijos piadosos si ella se resiste al hermoso plan que Dios tiene para su vida.

Desde el punto de vista del esposo, el hombre que tiene una mujer virtuosa quiere decir que él puede avanzar mucho más allá de lo que el mundo alcanza o espera alcanzar. A decir verdad, ella se convierte en tal sostén y apoyo para él que sus palabras y sus acciones le dan una fuerza constante tanto en lo físico como en lo emocional y lo espiritual.

Varona: tomada del varón

Casi estoy seguro que lo que les expondré aquí va a sorprender a algunas de las lectoras: El primer deseo del corazón de Dios al crear a la mujer no fue para que ella diera a luz a los hijos. Aunque el mandamiento de Dios de “fructificad y multiplicaos” (Génesis 1.28) es una de las mayores responsabilidades del género humano, en el caso de la mujer no es la responsabilidad principal. El objetivo principal para que Dios creara a Eva fue para que ella se convirtiera en la “ayuda idónea” de Adán (véase Génesis 2.18). Si Dios no hubiera visto la necesidad de crear una ayuda idónea para el hombre entonces él no hubiera creado a la mujer. El temor a lo que puedan pensar muchos o lo que puedan decir muchos acerca de esto que acabo de escribir me tienta a no decir nada de esto o a no escribir esto que escribí. Realmente, yo reconozco que la opinión general de la sociedad actual está en contra de esta gran verdad. No obstante, la misma Palabra de Dios revela claramente el propósito por el cual fue creada la mujer.

Es cierto que muchas mujeres se sienten realizadas o satisfechas al criar a sus hijos. Para ellas, vivir por el bienestar de sus retoños es un gran gozo, bendición y satisfacción. Sin embargo, aunque esto aquí es parte del plan de Dios para ella, el propósito fundamental de Dios al crear a la mujer de la costilla del hombre fue que ella se convirtiera en la ayuda idónea del hombre.

Yo concuerdo que si una mujer sólo se dedica en cuerpo y alma para el bienestar de sus hijos (y no para agradar a Dios) recibirá muchas bendiciones en esta vida. No obstante, la mayor satisfacción que ella puede recibir en esta vida y en la venidera será haber hecho la voluntad de Dios al convertirse en una ayuda idónea para su esposo. Por lo tanto, amada hermana, encuentra satisfacción y aprende a bendecir al hombre que te escogió para que fueras su ayuda idónea. De esta manera, ambos experimentarán al máximo el gozo, el contentamiento y las bendiciones que Dios ha reservado para ustedes.

Ahora vamos a considerar lo que Dios dice en Génesis 2.18, 21–23 acerca de ustedes las mujeres:

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. (…) Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

Yo estoy convencido que si ustedes creen en la veracidad de estos versículos bíblicos de la manera que yo lo creo, entonces podrán recibir un mensaje bastante revelador para sus vidas. En estos versículos se nos relata la historia del momento cuando Adán le pone nombre a la mujer. Fue Adán quien le dio el nombre a la primera mujer. Él fue llamado vya (Ish) que quiere decir “varón” u “hombre”. Entonces es por eso que a su mujer la llamó hva (Ishshah), “porque del varón fue tomada”.

Pero meditemos un momento en estos versículos. Una parte de la meditación consiste en visualizar el retrato mental de lo que se expresa. En estos versículos aparecen unas escenas maravillosas. Es como si Dios estuviera sentado en su trono majestuoso y estuviera observando a toda su creación que había acabado de crear. Dios se siente satisfecho a causa de toda su creación y en especial por el varón. Era tanto el amor que Dios sentía por Adán y era éste tan importante para Dios que le da el mandamiento de ponerles nombres a todos los animales. Entonces el Omnipotente comienza a hablarse a sí mismo entre el conjunto que forma la Deidad, diciéndose: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”.

Es así como uno puede imaginarse la escena cuando todos los animales están pasando frente a Adán y él se da a la tarea de servir a Dios al ponerles nombres. Adán los ve pasar de dos en dos, macho y hembra, macho y hembra. Al Adán terminar con esta tarea, todavía no se había hallado una pareja para él. Quizá haya sido que Dios estaba preparando a Adán para que él reconociera su necesidad de una ayuda idónea. Entonces Dios lo hizo caer en un sueño profundo y allí mismo se realizó la primera operación quirúrgica. Dios sacó una costilla de Adán y de ésta hizo una hembra, la ayuda idónea de Adán, Eva. Luego, Dios la trajo ante él. ¿Puedes imaginarte cómo se sentía Adán? ¡Una mujer, tal como yo soy, pero diferente! Ella fue hecha de mí y para mí. ¡Oh! ¡Qué día tan lleno de gozo fue aquel para Adán al despertar de su sueño y encontrarse frente a la ayuda idónea que Dios le había dado!

¿Alguna vez has considerado los sentimientos que pudo haber sentido Eva en aquel momento? ¡Es maravilloso! Me imagino el gozo del corazón de Dios al ver la reacción de Adán cuando éste vio a su ayuda idónea. Puede ser que ella se preguntó: ¿Para qué y por qué estoy aquí? Entonces, para contestar a su pregunta, Dios le dice: “Tú serás la ayuda idónea de ese hombre que tienes a tu lado. Tú le perteneces a él. Su nombre es Adán. Yo vi que él te necesitaba y es por eso que te hice de su costilla. Si yo no hubiera creído que él necesitaba una ayuda idónea entonces no te hubiera creado.” Bueno, como ya expliqué al inicio, yo trato de visualizar este acto de la creación de Dios. Y mi deseo es que en tu mente visualices acerca de los pensamientos que Eva pudo haber tenido en ese momento. ¿Piensas tú que a Eva le fue difícil someterse a Adán antes de la caída en pecado? Ella sabía que existía a causa de él. Me parece bastante certera la idea que ella haya pensado algo así: Estoy aquí para ser la ayuda idónea de Adán. Si no fuera por eso, yo no existiría” De manera que su posición de ayuda idónea del hombre, bajo la autoridad de ese hombre, le fue aclarada. También le fue aclarada la hermosura de tal posición.

En estas dos descripciones que he escrito para su análisis, aparece el verdadero espíritu del matrimonio revelado por Dios. Al meditar en estas dos escenas, nuestros matrimonios pueden comprender el verdadero sentido de su razón de ser y así comenzar el proceso de sanidad que Dios desea que tengan. Esta sanidad viene por medio de conocer y cumplir con los mandamientos encontrados en la Palabra de Dios. Por ejemplo, en el caso del hombre sería algo así como: Dios me ha dado una dádiva y yo viviré para ella. Y en el caso de la mujer sería: Dios me hizo para este hombre y yo le soy una dádiva al ser su ayuda idónea. ¡Qué bendición! La misma revelación que pudo recibir Eva es la que cada mujer debe tener en su mente y corazón, pues es el propósito divino para su vida y la razón de su existencia.

Yo deseo que sepas que esta enseñanza no es una idea antigua y delirante que se ha extraído del libro de Génesis y que se ha tergiversado para engañar a muchos. Esta gran verdad aparece a lo largo de toda la Biblia y se enseña en varios versículos del Nuevo Testamento. Yo estoy convencido que esta revelación de la intención de Dios con respecto a las mujeres puede cambiar la vida de muchas mujeres que desean andar en la voluntad de Dios. Por favor, no la pases por alto. Analiza y estudia bien esta enseñanza y trata de ponerte en el lugar de Eva. Reflexiona en cómo ella pudo haberse sentido al saber que Dios deseaba que ella se convirtiera en la ayuda idónea para aquel hombre que estaba a su lado. ¡Esta revelación transformará tu vida y tu hogar!

Oración

Amado Padre celestial, yo oro por las amadas hermanas que han leído este capítulo. ¡Háblale a cada una, Señor, con claridad! Señor, el diablo les ha mentido y las ha tratado de cegar acerca de la razón de su existencia. ¡Por favor, ábreles los ojos para que ellas vean tanto el poder como la belleza que tú tenías en mente al crearlas! En el nombre de Jesucristo, amén.