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La búsqueda de una descendencia para Dios

© 2004 por Denny Kenaston

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CAPÍTULO 24

Padre, atalaya del hogar

Y el muro de Jerusalén [está]derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
(Nehemías 1.3–4)

Como padre de familia que soy, a veces tiemblo, especialmente cuando pienso acerca de la responsabilidad que los padres tenemos de proteger a nuestros hijos de la influencia de la maldad. Vivimos en un mundo donde las “nuevas invenciones” aparecen casi a diario. Debido a todo este “progreso”, el mundo rápidamente puede informarnos de sus placeres más recientes, tanto a los padres como a los hijos. ¿Cómo enfrenta una familia piadosa todo esto? En el capítulo anterior, nosotros vimos acerca de la gran bendición que los hijos reciben al ser entrenados, guardados y preservados del pecado en cuerpo y alma. Este capítulo trata con algunas maneras prácticas relacionadas a este asunto y que por medio de las cuales podemos proteger la mente y el cuerpo de nuestros seres queridos. En los párrafos siguientes yo estaré escribiendo de una manera muy franca acerca de algunas prácticas en algunos hogares, y oro para que Dios te dé un corazón apto para escuchar y considerar lo que vas a leer. Te adelanto que en este capítulo se tratarán temas muy importantes que impactan las vidas de tus hijos.

Nehemías fue el superintendente de la reconstrucción de Jerusalén y el gobernador durante el periodo inmediatamente después de la cautividad babilónica. Los versículos citados al inicio de este capítulo reflejan la gran carga que pesaba en su alma al saber que el muro había sido derribado y que las puertas de la ciudad no se habían reparado. Como consecuencia, el pueblo de Dios estaba desprotegido ante sus enemigos. Los muros previenen que el enemigo entre a la ciudad “como río” (Isaías 59.19) y las puertas, junto con los guardias de las mismas, evitan que el enemigo se infiltre para destruir y les tome por sorpresa. Por lo tanto, Nehemías se preocupaba por la condición en que se encontraba su amada ciudad.

Yo deseo usar esta ilustración para enfocarnos en nuestros hogares. El padre de familia es Nehemías, superintendente y responsable del bienestar del hogar. Él construye el muro protector alrededor de su familia a través de hacer vigentes en ella los principios bíblicos. Él no solamente se preocupa por las convicciones (los muros) del hogar, sino también por las puertas. Amados padres, ustedes deben ponerse de pie a las puertas de su hogar para asegurarse que nada entre por ellas que sea capaz de destruirlo desde su interior.

Juan Bunyan, autor del muy conocido libro El progreso del peregrino, escribió una alegoría titulada La guerra santa. Esta obra es una alegoría acerca de las tentaciones que el diablo lanza para conquistar y controlar “Alma-Hombre”, o sea, el alma del hombre. En la historia, el alma del hombre se presenta como una ciudad que tiene cinco puertas. El enemigo logra entrar a la ciudad por medio de esas puertas. Las puertas simbolizan los cinco sentidos humanos.

La verdad es que ésta no es una simple historia, sino que la misma presenta la realidad de cómo Satanás conquista al hombre al entrar a su interior por medio de sus cinco puertas. No tenemos que ir muy lejos para ver que Satanás sigue aprovechando esas mismas puertas para ganarse la entrada al alma de los hombres.

Eso nos lleva a pensar en los padres de familia. En la actualidad, las familias necesitan de forma urgente de un portero así (véase Nehemías 3.29) que de una forma amorosa investigue cualquier cosa que pretenda entrar al hogar por medio de esas cinco puertas: los ojos, los oídos, la nariz, la boca y el tacto. Un padre con tal cuidado y responsabilidad vigila que nada malo entre en ninguna de estas puertas mencionadas. Por lo general, todos concuerdan que algo anda mal en los hogares y en las iglesias de hoy. Yo pienso que una actitud permisiva en cuanto a lo que entra o no entra por estas cinco puertas es parte del problema.

¿Qué es “el mundo”?

Cada cristiano evangélico debe hacerse nuevamente la pregunta formulada en este subtítulo. Muchos de nosotros hemos perdido la definición correcta de lo que constituye el “mundo”. Parece ser que la “Feria de la Vanidad” que Juan Bunyan describió en su libro El progreso del peregrino ya es una parte inseparable de la iglesia. ¡Es tiempo de examinarnos de nuevo! (Véase 2 Corintios 13.5.) Millones de cristianos en todas las américas profesan creer en la doctrina de la separación del mundo y la iglesia (véase 2 Corintios 6.17). No obstante, las encuestas actuales indican que en nuestras tierras no existe ninguna diferencia entre la vida de “los cristianos” y la vida de aquellos que no profesan el cristianismo. De hecho, en algunos asuntos “los cristianos” actúan de forma peor que lo hace el mundo secular. Un ejemplo de esto es con relación al incremento del divorcio en nuestras tierras. ¡Es tiempo de darnos cuenta acerca del rumbo que lleva el cristianismo actual!

Profesamos que creemos en la doctrina de la separación del mundo y la iglesia, pero muy pocos lo ponemos por obra. Eso nos hace “oidores” y no “hacedores de la palabra” (Santiago 1.22). Este mundo presente ya está siendo juzgado; es como una nave que está hundiéndose mientras los pasajeros de la misma bailan sin darse cuenta de su destrucción. Me parece una gran verdad lo que escribió A.W. Tozer: “[Para la iglesia actual] el mundo ya no es un campo de guerra, sino un parque de diversiones”. Tal vez estas palabras te parecen algo duras. Pero alguien debe tocar trompeta en Sion (véase Joel 2.15).

Yo deseo aclararte que en este libro no pretendo tratar principalmente con lo que algunos de nosotros llamamos la disconformidad con el mundo (véase Romanos 12.2). Sin embargo, yo he formulado la pregunta que encabeza esta sección para poder tratar de forma más clara con algunas de las influencias destructivas que derrotan los deseos sinceros y las acciones de criar una descendencia para Dios. Yo he observado durante los últimos veinte años que cuando los padres empiezan a tomar en serio su llamado de criar a sus hijos “en disciplina y amonestación del Señor” (véase Efesios 6.4), entonces de repente ellos comienzan a preocuparse en cuanto a lo que pasa por las puertas de su hogar. Es mi intención atizar el fuego de esa preocupación al analizar lo que permitimos que entre por las puertas de nuestros hogares. Es triste ver que muchos padres han cerrado sus ojos ante estas cosas y que existen algunos maestros perniciosos que reúnen a sus hijos y les enseñan “el camino de las naciones” (Jeremías 10.2). Quizá para algunos de ustedes, yo me parezco a alguien que viene de otro planeta. Pero eso no me interesa. Yo no puedo guardar silencio ante lo malo. Lo que escribo, lo hago con una gran pena en mi corazón. A veces siento un gran dolor en el interior de mi alma turbada a causa de las cosas que veo que los padres les permiten a sus hijos. Es más, mientras estaba escribiendo este mismo capítulo, a mí me llegó la noticia de otro maestro engañador que ha sido permitido entrar a los hogares de millones de cristianos. Les confieso que me quedé sentado por un buen rato teniendo un gran dolor en mi corazón al escuchar esta noticia tan triste.

¿Quién mora en tu casa?

Antes de leer los versículos siguientes, yo te insto a que consideres con profundidad lo que más se enfatiza en los mismos. A este Salmo yo le he dado el nombre de “El Salmo del padre”. Este Salmo fue escrito por David, y en el mismo se describe de forma hermosa su corazón consagrado al Señor y a la responsabilidad para con su casa. Al escudriñar en estos versículos se nos hace muy fácil entender a quién él no le permitía morar en su casa. Yo deseo desafiar a cada padre con la siguiente pregunta: ¿Quién mora en tu casa? ¡Oh! ¡Que cada padre que lea este capítulo haga del Salmo 101 su oración constante!

Entenderé el camino de la perfección
Cuando vengas a mí.
En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.
No pondré delante de mis ojos cosa injusta.
Aborrezco la obra de los que se desvían;
Ninguno de ellos se acercará a mí. (…)
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo;
El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos (Salmo 101.2–3, 6–7).

Ahora bien, vamos a analizar algunos de los malos maestros que hemos permitido que entren a nuestras casas:

• La televisión: Se puede dedicar un capítulo entero para desarrollar un tema de todo lo que este monstruoso aparato ha logrado destruir. Tal como dice en la Santa Palabra acerca de las hazañas de David, la televisión es un enemigo del pueblo de Dios que ha matado a “diez miles”. Realmente, yo no creo que exista otro mal tan específico que haya causado tanta destrucción en el pueblo de Dios y el mundo. Es de notar que se dice acerca de la televisión como propaganda “positiva” que la misma “trae al mundo a tu hogar”. ¡Esto es muy cierto! Sin embargo, lo hace en el ámbito negativo. La programación de la televisión es dirigida y llevada a cabo casi en su totalidad por un gran número de personas que se han apartado del Señor o que han apostatado de la fe que una vez fue dada a los santos. Estas personas en su inmensa mayoría no desean vivir según la voluntad de nuestro Padre celestial. Y ahora viene la pregunta: ¿Cómo es posible que algunos padres pongan delante de los ojos de sus hijos cosa tan injusta y pecaminosa? Por medio de la “puerta” de los ojos, nuestros hijos reciben un veneno mortal al observar la televisión que es como el efecto de una peste terrible durante todos los días de su vida. Por lo general, las personas que aparecen delante de las cámaras están llenas de mentiras y engaños. Al comparar lo que aparece en la televisión con las enseñanzas y los valores bíblicos entonces podemos llegar a la conclusión que muchas de estas personas son partícipes de las obras del mismo anticristo. A nosotros se nos amonesta en la Palabra de Dios a no andar en el consejo de los malos (véase Salmo 1.1).

Yo estoy convencido que el medio televisivo es una de las herramientas escogidas por Satanás para entrenar a la siguiente generación en el camino de la maldad. ¡Y los habitantes del mundo se emborrachan con su mala programación! Bajo los efectos de la ignorancia en algunos casos y en otros casos bajo los efectos de la necedad, las personas toman el veneno mortífero y hasta se ríen y gozan de las necedades repugnantes, sin darse cuenta que la serpiente está por devorar a sus hijos. ¡El pueblo de Dios no debe participar en esas cosas! El pueblo de Dios no debe permitir que sus hijos se sienten a los pies de este mal ni que ellos se postren ante su altar.

En cierta ocasión, yo escuché un mensaje que fue predicado en el año 1953 por el popular predicador Billy Graham. Fue un mensaje poderoso y profético para los cristianos de nuestras tierras. Billy nos dio un aviso en el mismo año 1953 acerca de la destrucción que la televisión obraría en nuestros hogares. Y ese mensaje fue dado cuando la programación transmitida por la televisión era considerada como “inocente”. Billy Graham predicó que esa invención iba a ser usada por el diablo para robarles el tiempo de quietud a los cristianos. ¡Qué gran verdad! Yo creo que este asunto demanda de una urgencia y de medidas severas. ¡Padres! ¡Tiren esa basura lejos de su hogar y “cort[en] en pedazos a Agag delante de Jehová”! (1 Samuel 15.33) Y por favor, después de tirar a ese mal lejos de sus hogares, ¡pónganles llave a la puerta de sus hogares para que no entre nunca más!

• Las películas y el drama: Hollywood (el centro de producción de la mayor parte de las películas) es “como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo” (Isaías 57.20). Aunque esas diversiones, que “hacen fraude y hablan mentiras” están relacionadas al medio televisivo, yo las voy a tratar aparte, porque su influencia va más allá de lo que imaginamos. Los teatros, los cines, los videos, los juegos de computación y ahora los DVD claman por ganarse la atención de nuestros hijos. Y expresándome de forma general, estos medios de información y de comunicación masiva han logrado cautivar la atención de nuestros hijos de una manera u otra. Esas diversiones son una “Decepción” escrita con D mayúscula. La mayoría de estas formas de diversión son falsificaciones de la realidad y están repletas del pecado. Por ejemplo, en muchas de estas escenas se finge un dolor falso donde las personas adoloridas ponen rostros que pretenden mostrar una realidad falsa y en otras escenas hasta se ríen al actuar de una forma que muestran deleite al vivir en los placeres mundanos y pecaminosos de este mundo. La realidad de esto es que ellos están perdidos en las tinieblas de las garras del propio Satanás. No es de extrañarse al enterarnos de la cantidad de estas personas que cometen suicidio. ¿Por qué permitir que nuestros preciosos hijos e hijas se sienten a observar las escenas de esos hipócritas? ¿Acaso sabías que la palabra hipócrita proviene del idioma griego que significa “actor”? ¿Cómo es posible que un padre o una madre que ame a sus hijos les permitan aprender de este tipo de personas que viven una vida llena de pecados? Entre otras cosas, lo que los espectadores aprenden es a amortiguar o habituar a sus conciencias con relación al pecado. Por ejemplo, luego de ver muchas escenas de homicidios entonces la conciencia acepta el hecho que matar a otra persona “ya no es tan malo”. Mis hijos nunca han visto películas. Si ellos observaran una de esas películas sangrientas entonces estoy seguro que se quedarían boquiabiertos y horrorizados. Pero yo no voy a permitir que eso ocurra.

Lo que hace a una película atractiva es la dramatización. La dramatización es el uso de emociones fingidas y extremas para que el espectador se sienta conmovido. Por ejemplo, el enojo tiene que ser actuado imitando una rabia incontrolable que se expone en una acción violenta de golpes y hasta de muerte. El amor se dramatiza por medio de una emocionante concupiscencia que atrae a la carnalidad más sucia que habita dentro del ser humano. De lo contrario, los espectadores se aburrirán de la película o no la comprarán. Lo cierto es que la carne siempre quiere un poco más. La concupiscencia moral de la humanidad va de mal en peor. Este tipo de “drama” se enfoca en la violación, el homicidio y la hechicería. ¿Dónde o cómo va a terminar todo esto? ¿Cuándo es que las personas van a entender que este tipo de “diversiones” entrena la mente del individuo a convertirse en asesino, terrorista, destructor de lo bueno y lo sano, agresor, violador de los principios bíblicos y candidato del infierno? Es tiempo que todos los cristianos se den cuenta que la nave se está hundiendo y que es hora de tomar los botes salvavidas y salvar a sus familias. ¡Haz una hoguera en tu patio o donde sea posible hacerla y echa todas esas fuentes de pecado al fuego! En el nombre del Señor Jesús… ¡hazlo!

• Los juguetes modernos: No hace mucho tiempo que Phil Phillips escribió un libro titulado Turmoil in the Toy Box (“Alboroto en la caja de juguetes”). Por supuesto, este libro no se vendió mucho y probablemente muchos que lo leyeron pensaron que el autor era demasiado fanático. Pero sus evaluaciones con respecto a los juguetes modernos fueron muy buenas. Los juguetes no son meros juguetes “inocentes”. A pesar que el diablo desea que tú pienses que los juguetes son sólo un entretenimiento pasajero y que no hay nada de malo en ellos, la realidad es que en la actualidad muchos juguetes infunden un carácter violento y lascivo en la mente de los niños. Muchas veces los niños aprenden jugando lo que poco a poco se va convirtiendo en su personalidad y en su fracasado futuro. Es decir, muchas veces los juegos es lo que prepara la realidad futura en la vida de los niños. Yo estoy seguro que muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo al detenerse a observar la realidad a su alrededor. Yo recuerdo que hace muchos años existía un poco más de pudor y decencia en los corazones de muchos padres y esto también se reflejaba en los juguetes que ellos escogían para que sus hijos jugaran. Recuerdo que juguetes tales como las muñecas se vestían con ropa más modesta que lo que se ve ahora. Además, había juguetes más sanos tales como un juego de granja, tractores, juegos de carpintería, juegos de cocinas, juegos de café, etc. Así mismo era en la vida real que incluía el trabajo en el campo o en la ciudad.

Desafortunadamente, ya no es así. Las culturas se adaptan más a un mundo que se acerca mucho más al pecado y a la destrucción. Y todavía el propósito de los juguetes sigue siendo el mismo (los niños aún practican y meditan en la forma futura de conducirse). Lo que sucede es que los juguetes ya no son los mismos. Ahora los muñecos y las muñecas son personajes mundanos famosos. Por ejemplo, si el juguete es una muñeca entonces será una señorita vestida con minifalda, con su cabello pintado y que lleva todo tipo de cosméticos. Además, esta señorita trae puesta una ropa con todo tipo de accesorios que representan la moda de la actualidad. Los hacedores de juguetes hacen tal muñeca con un cuerpo casi perfecto y la poca ropa con la que la visten demuestra claramente lo que hay debajo de las mismas. ¿Cuál es el resultado que tales juguetes traen a las mentes de las niñas? Por supuesto, las niñas procuran con todo su corazón imitar a las muñecas. Y en el caso de los varones, el caballito o el tractorcito han sido reemplazados por un auto de carrera, una espada, un juego electrónico donde se mata a un personaje o una pistola que dispara dardos. Con juguetes como estos en sus manos, nuestros hijos sueñan en llegar a ser como los que se representan en los mismos. A nuestros hijos se les expone el deseo de llegar a alcanzar la fama mundana. El tipo de fama que alaba a la criatura y no al Creador. Tales juguetes producen frutos de destrucción y perdición. Y sin embargo, en los últimos años la sociedad está produciendo la clase de juguetes que manifiestan un carácter definitivamente diabólico. Muchos de los juguetes que hoy se venden en las tiendas son demoníacos e irreales. Los ositos de peluche han sido reemplazados por horribles y monstruosos muñecos con caracteres diabólicos que manifiestan un mensaje de odio y violencia. Hermanos y hermanas, ciertamente Satanás es el autor de todo esto. Mi corazón se entristece mucho al pensar en las multitudes de niños que están divirtiéndose con tales juguetes. Yo sólo me referí a unos pocos en este párrafo, pero existen muchos juguetes dentro de la categoría de diabólicos, blasfemos, mundanos y ajenos a la vida de Dios y a la realidad del Juicio Final. Padres, por favor, les animo a que mediten en los principios sanos relacionados con el juego y que sean atalayas a la hora de evaluar la clase de juguetes que tienen sus hijos. Yo deseo resumir este punto con la siguiente pregunta: ¿Para qué se están preparando tus hijos cuando juegan?

• El mundo de lo súper-emocionante: ¿Alguna vez has pensado en lo que es lo súper-emocionante? Se puede definir de la siguiente forma: Una sensación intensa y aguda que corre por todas las partes del cuerpo. Tal definición me es muy reveladora y me da a entender por qué los hombres nunca pueden mantenerse satisfechos con lo mismo. La idea de experimentar más y más de lo emocionante se está arraigando a lo sensual y carnal del ser humano. Los hombres mundanos siempre están trabajando arduamente para crear una nueva sensación súper-emocionante, la que será más conmovedora que la última experimentada. Y la multitud de gente sigue adelante casi como locos en pos de lo mismo. Para muchos de ellos 300 km/h no es una velocidad suficiente. Entonces ellos desean ver una carrera de autos que corran a 400 km/h. En mi hogar, yo trato de hacer algo positivo y sano con ese deseo de una búsqueda de un máximo nivel de emoción mucho más alto. Existe una frase que dice que “el trabajo ennoblece”. No es malo emocionarse y especialmente en lo provechoso. Pero mi esposa y yo hemos tratado de enseñarles a nuestros hijos a emocionarse en lo sencillo, en lo bueno, en lo sano y en las cosas básicas de la vida.

• Los materiales de lectura: Por lo general, los niños son lectores muy ávidos. A veces parece ser que ellos no pueden dejar de leer. Proveer buenos materiales de lectura para los hijos se ha convertido en un verdadero desafío en el mundo actual. Los padres somos los responsables de guiar el apetito de lectura de los hijos y de vigilar los materiales que ellos leen. Te animo a que tú les permitas a tus hijos materiales de lectura que solamente contengan algo real y que deseches lo imaginario o fantasioso. En los últimos años, las novelas “cristianas” nos atropellan, y muchos dentro de las iglesias son perjudicados por tales materiales poco provechosos. Lo cierto es que muchos de estos libros centran su tema alrededor de un mundo romántico que en ocasiones no tiene reservas en lo sexual. ¡Y muchas son las que se sientan a alimentarse de ese tipo de lecturas que les hacen despertar deseos que todavía no deben estar en sus mentes! Este tipo de novelas románticas son muy peligrosas. Además, esas novelas románticas presentan la vida matrimonial como una aventura amorosa, lo cual no es real. Debido a la lectura de tal clase de literatura, la concupiscencia de las muchachas se enciende. He escuchado de algunas muchachas que se ponen a leer tales libros hasta las tres de la madrugada. ¿Por qué no leen la Biblia hasta las tres de la madrugada? Muchas veces lo que sucede es que al leer tal clase de libros, las muchachas desarrollan una idea irreal acerca del amor matrimonial y luego se desaniman cuando su matrimonio no resulta como la forma que se describe en los libros románticos. ¡Padres! Guarden el corazón de sus hijas y así las ayudarán a preservarse para un solo hombre que las amará con amor duradero.

• Los necios compañeros de juego: En Proverbios 13.20 dice lo siguiente: “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado”. Bueno, yo deseo que sepas que este versículo no se dirige específicamente a los niños. No obstante, es cierto que se aplica también a ellos. Es muy fácil permitir que los pequeñitos jueguen tontamente, pues “son todavía niñitos”. ¡Eso es peligroso! Yo he aprendido, a modo de mi propia experiencia, que la bobería o la necedad genera cosas peores cuando los padres no están al tanto de lo que hacen sus hijos. Yo sé que la tarea de escoger buenos compañeros de juego para tus hijos no es cosa fácil. Pídele sabiduría a Dios en este asunto tan importante para la vida de tus hijos.

• Juegos electrónicos: Es bueno que sepas que aun los padres de familias inconversas se han preocupado por el daño que pueden causar estos juegos “inocentes” en las vidas de sus hijos. Algunas personas testifican que hay una relación entre estos juegos y los niños que han decidido entrar a una escuela portando armas para a algunos de sus compañeros y maestros. Debido al “progreso” de la tecnología, esos juegos ahora parecen más cercanos a la realidad que nunca antes en la historia. Algunos parecen ser tan reales que la persona que está frente al monitor siente que está enfrentándose personalmente a un enemigo mientras le da balazos y la sangre le fluye por todas partes. No olvides que por medio de los juegos tus hijos están poniendo en práctica lo que puede que hagan en el futuro. ¿Acaso deseas que tus hijos practiquen la matanza, aunque sea de seres extraterrestres? Los juegos computarizados de matanzas ya son mucho más comunes que los de fútbol.

• La Internet: Mi familia y yo utilizamos la Internet, pero de forma muy limitada y no lo hacemos sin tener a otra persona cerca de nosotros. Por supuesto, a los menores de edad nunca se les permite utilizar esta herramienta. El uso de la Internet está limitado a la búsqueda de información necesaria o instructiva. Además, la utilizamos para la compra de algún producto que deseemos comprar por necesidad y que sea más conveniente y menos costoso hacerlo por esta vía. Uno de los efectos negativos que el uso de la Internet produce es el malgasto del tiempo. Los que visitan un Café-Internet conocen acerca de la cantidad de niños que asisten a esos lugares. Eso sin contar con la cantidad de horas ociosas que muchos adolescentes, jóvenes y adultos emplean frente a los monitores de sus computadoras de forma continua. Otro punto perjudicial es la cantidad casi infinita de pornografía que se hace disponible a través de los servidores. Se piensa que alrededor de trescientas mil páginas contienen esa basura del infierno. Y uno no tiene que ir tan lejos para ver esas cosas ya que aquellos que no protegen sus computadoras o que no tienen un proveedor de Internet que rechace este tipo de cosas muchas veces son interrumpidos por una escena pecaminosa del mismo infierno. Yo deseo resumir esta parte al exponer que en mi opinión no existe nada de malo en este desarrollo de la tecnología que tiene que ver con la Internet, sino que es el corazón de los hombres el que está depravado y lleno de pecados. La Internet es una herramienta que puede ser utilizada para el beneficio del género humano y para lo que es provechoso. Sucede que los corazones que están acostumbrados a hacer el mal y que no tienen dominio propio van detrás de las cosas que ya tienen en el interior de su mente. Lo mejor para ellos es arrepentirse de sus pecados y apartarse de todo mal (véase 1 Tesalonicenses 5.22).

• La música cristiana mundana: Cuando Balaam no pudo maldecir a Israel debido a que la bendición de Dios los protegía, él concibió otra manera para pronunciar maldición de forma indirecta sobre ellos. Este hombre aconsejó a Balac cómo destruirlos desde adentro. Su método fue enviar mujeres sensuales al campamento de Israel para tentar a los hombres. Y de acuerdo a la historia, todo funcionó. Yo pienso en esta historia al contemplar actualmente la influencia destructiva que los ritmos de música mundana están causando en los jóvenes. Esto basta para entristecer a una persona. Sin embargo, no sólo los jóvenes del mundo están enredados en lo sensual, sino que los jóvenes de la iglesia ya bailan (y hasta dentro de la misma capilla) al ritmo de la música mundana “cristiana”. Muchas veces esta música es bautizada de “cristiana”, pero los ritmos son los mismos que hacen mover a los jóvenes inconversos en esos conciertos diabólicos. No existe tal cosa como “música cristiana mundana”. Las frases “música cristiana” y “mundana” no se deben mezclar así como lo impío no se mezcla con lo justo. Hacer que estas cosas se hagan juntas es tan insensato como pensar en un “homicidio cristiano” o una “cerveza cristiana”.

Yo animo a los padres a ponerse como atalayas a las puertas de sus hogares para vigilar el tipo de música que sus hijos escuchan. En uno de los capítulos anteriores, yo mencioné la necesidad que tienes de tomar la autoridad que Dios te ha dado en tu hogar y velar que el mismo agrade a Dios. Es bueno que el padre y la madre se reúnan de vez en cuando con sus hijos para explicarles la razón de no hacer las cosas o tener cosas que otros hacen y tienen dentro de sus hogares. Y no olviden explicarles a tus hijos acerca de la razón de no tener cierto tipo de música.

• Historias bíblicas divertidas: Hace algunos años que los educadores “cristianos” llegaron a la conclusión que los niños aprenden mejor si los materiales de enseñanza tienen un carácter humorístico. Por supuesto, los niños sí prestaban una mejor atención al reírse. A partir de este modo de pensar comenzaron a verse ciertos “avances” en los métodos de enseñanzas. Luego aparecieron los títeres y entonces todos se reían aun más. Y en la actualidad continúan apareciendo los “avances”. Hoy en día lo grotesco e irreal se utiliza para enseñar sobre las verdades eternas. ¿Cuál es el fin de todo eso? ¿Acaso tú piensas que esa es la manera correcta de pasar la fe viva a la siguiente generación? ¡De eso nada! Por ejemplo, muchas veces Moisés es representado como un hombre muy narizón, con una barba bastante poco que desear y con voz escandalosa. ¿Es que acaso se espera que los niños sientan un temor reverente por la ley de Dios al ver tales cosas “graciosas”? No obstante, muchos de esos “educadores creativos” han ido más allá todavía. El rey David se representa como un payaso al ponerse a tocar un arpa. Amados hermanos y hermanas, todo eso es una estratagema de Satanás para diluir la Palabra de Dios y sus testimonios de la verdad.

En conclusión, todos los puntos descritos hasta aquí son “maestros” que han sido invitados a entrar a muchos de los hogares de los cristianos para que entretengan a sus hijos mientras los padres se ocupan en “cosas más importantes”. Mi corazón sufre debido a todo eso. Muchos de esos “falsos maestros” han entrado por las puertas de esos hogares ya que los padres no han estado vigilantes como atalayas de Dios. El sueño de los padres es tan profundo que muchos ni se dan cuenta que ellos mismos son los responsables de los resultados en las vidas de sus hijos a causa de estas malas influencias.

Amados padres, ¿ están derribados los muros y quemadas las puertas de tu hogar? ¿Han dirigido ustedes a su familia bajo normas santas? Yo oro que Dios les conceda la valentía y el poder para que limpien sus hogares de cualquier cosa contaminante. Por favor, no sean ásperos y crueles al limpiar su hogar, sino que usen su autoridad en un espíritu de calma y con mucha ternura. Una práctica que algunos han usado es tener una “hoguera familiar”. Aquí todos juntos deciden poner la basura “mundana” en cierto lugar apropiado y mientras cantan algunos himnos de la vida cristiana y leen versículos acerca del tema que tiene que ver con la acción llevada a cabo, entonces le prenden fuego a toda la basura en el nombre del Señor Jesucristo.

Antes de terminar este capítulo, yo deseo dirigirles unas palabras a las esposas. Su esposo necesita apoyo en su facultad de limpieza en el hogar. ¡Respalden a su esposo! No es sabio resistirle. Muchos padres han sido resistidos en su facultad de purificar su hogar por los ruegos de sus hijos y la presión de su esposa. Recuerden, esposas, ustedes han orado que Dios haga de sus maridos unos hombres espirituales y es por esa misma razón que ahora deben apoyarlos en la obra espiritual de limpiar el hogar de la influencia maligna.

Oración

¡Padre celestial! Tú conoces el corazón del hombre y comprendes su situación. Yo te pido tu ayuda. Sólo tú puedes abrirnos los ojos espirituales y quitarnos esa venda que nos impide ver la realidad. La lucha no es contra carne ni sangre, ni materia alguna; quebranta nuestro corazón para que podamos estar vigilantes ante las asechanzas del enemigo en contra de tu templo en la próxima generación. Vístenos de las armaduras y fortalécenos con el poder de tu Santo Espíritu. Te lo pido en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.